El núcleo de la sabiduría transmitida por Buda se compendia en las Cuatro Nobles Verdades, que son las siguientes:
- Noble Verdad del Sufrimiento: la vida es sufrimiento
- Noble Verdad del Origen del Sufrimiento: la causa del sufrimiento es el deseo
- Noble Verdad del Cesar del Sufrimiento: eliminando el deseo cesa el sufrimiento
- Noble Verdad del Camino: el camino para el cese del sufrimiento
El sufrimiento no ha de ser entendido meramente como aquel estado de padecimiento, dolor o pena, sino como todos aquellos sentimientos de insatisfacción y desasosiego que experimentamos a lo largo de nuestra vida.
Como siempre, que quede claro que esto es meramente mi comprensión del budismo y, por tanto, podría estar equivocado. Este otro post sobre el deseo y el sufrimiento complementa lo escrito aquí.
1) Noble Verdad del Sufrimiento: La vida es sufrimiento.
<<¿Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Sufrimiento? Pues nacer es sufrir, envejecer es sufrir, morir es sufrir, la pena, el lamento, el dolor, la aflicción, la tribulación son sufrimiento; no conseguir lo que se anhela es sufrimiento, en una palabra, estar sujeto a lo que desagrada es sufrimiento, estar privado de lo que agrada es sufrimiento>>.
Hay quien acusa al budismo de pesimista por esta primera verdad, pero contra esto hay dos argumentos: primero, la pura realidad fácilmente observable es que en la vida hay sufrimiento, se quiera o no; segundo, se propone una solución para cambiar esta situación, es decir, hay voluntad de superar esa característica negativa de la vida.
Esta primera verdad ha de ser comprendida.
2) Noble Verdad del Origen del Sufrimiento: La causa del sufrimiento es el deseo.
<<¿Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento? Es el deseo que produce la repetición de existencias, que conlleva goce y pasión, y goza con esto y aquello, es decir: el deseo de los sentidos, el deseo de existir y el deseo de no existir>>.
Al no ser plenamente conscientes de la realidad efímera de todo lo mundano, nos apegamos a ello en busca de nuestro bienestar. Pero de lo efímero solo podemos obtener algo efímero. Como ya expliqué en el post sobre el deseo y el sufrimiento, deseamos bienes, estatus, fama, poder, la vida misma, etc.. sin ser conscientes de que lo único que verdaderamente nos aportan es sufrimiento, pues sufrimos mientras buscamos todas estas cosas o ideas, cuando no las conseguimos, con el miedo a perderla cuando ya las hemos conseguido y, por último, cuando desaparecen. Este deseo por lo mundano es, pues, la causa de nuestro sufrimiento.
Esta segunda verdad ha de ser erradicada.
3) Noble Verdad del Cesar del Sufrimiento: Eliminando el deseo cesa el sufrimiento.
<<Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Cesar del Sufrimiento? Es el completo cesar y desapasionarse del deseo, abandonarlo, desasirse de él, liberarse y despegarse de él>>.
Si la vida es sufrimiento y su causa es el deseo, la solución es obvia: hay que eliminar el deseo. Hay quien malinterpreta este punto y se cree que el budismo pretende convertirnos en algo así como una lechuga que ni tiene deseo, ni siente ni padece. Nada más lejos de la realidad: se trata de ser conscientes de nuestra naturaleza y de la naturaleza de todo lo mundano para así pensar y actuar en consecuencia, controlando nuestra mente y nuestras emociones en todo momento, no dejando que éstas sean las que nos controlen.
Esta tercera verdad ha de ser llevada a cabo.
4) Noble Verdad del Camino: El Noble Óctuple Sendero, o el camino para abandonar el sufrimiento.
<<¿Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Camino? Es precisamente el Noble Óctuple Sendero, o sea: la recta opinión, el recto propósito, la recta palabra, la recta conducta, el recto sustentamiento, el recto esfuerzo, la recta atención y la recta concentración>>.
El camino hacia el cese del sufrimiento consta de ocho puntos que debemos practicar en cada momento de nuestra vida. Estos ocho puntos, que no han de ser entendidos como mandamientos, concentran las bases de la sabiduría, moral y concentración necesarias para la eliminación del deseo.
Esta cuarta verdad ha de ser practicada.
A menudo se comparan estas cuatro verdades con la medicina, pues al igual que ésta, emiten un diagnóstico de la enfermedad, reconocen sus causas, establecen la cura y recetan un tratamiento. La enfermedad sería el sufrimiento; la causa sería el deseo; la cura sería la eliminación del deseo; y el tratamiento sería el Noble Óctuple Sendero.
Si quieres saber más, aquí tienes un magnífico y extenso texto sobre las Cuatro Nobles verdades redactado por Ajahn Sumedho.
* Fragmentos sacados de un sermón, recogido en el Majjhima Nikaya, pronunciado por el venerable Sariputta en el que se exponen las verdades.
febrero 11, 2015 a las 4:03 pm
He leído varias de las entradas de este blog, sin dudas has conseguido explicar algunos conceptos con mucha claridad, por lo que te doy la enhorabuena. Comparto contigo que la reencarnación no tiene sentido, al igual que el karma. Sin embargo, tengo que realizar algunas críticas al budismo, en concreto a las cuatro nobles verdades, y la meditación.
En cuanto a las cuatro nobles verdades:
La vida puede ser un sufrimiento total para algunas personas, creo que muy pocas, dadas sus condiciones físicas, psíquicas o materiales, pero para la inmensa mayoría de las personas, incluso las más favorecidas no se puede afirmar que nuestra vida sea sufrimiento, se sufre mucho
pero también estamos alegres y riéndonos muchas veces. Estoy de acuerdo con la primera noble verdad si se enuncia como «En la vida es inevitable el sufrimiento».
En segundo lugar no estoy de acuerdo con que el origen del sufrimiento sea el anhelo o deseo. Cuando me duele una muela o me atropella un coche no sufro precisamente por el deseo o anhelo de que no me duela, lo que necesito es un buen calmante y el tratamiento
sanitario adecuado para curarme lo más rápidamente posible.
Estaría de acuerdo con esta sentencia si se enunciase como «A veces la causa de nuestro sufrimiento es el deseo o anhelo».
No estoy de acuerdo con que eliminando el deseo se elimine el sufrimiento. Así, puedo desear fervientemente aprender alemán, pues deseo leer a Nietzsche en su idioma nativo, además anhelo trabajar en Alemania, y para desarrollar mi profesión en Alemania es imprescindible que domine el Alemán. Nadie me negará que aprender
Alemán no cause en algún o muchos momentos bastante sufrimiento,
al igual que entender a Nietzsche en su idioma puede ser bastante
frustrante para alguien que no lo domine, y por último buscar
trabajo en Alemania y adaptarse a la vida de dicho país seguramente
conllevará muchos momentos de sufrimiento, PERO si logro mi deseo de
aprender Alemán también tendré muchas recompensas, un trabajo en un
país que me gusta, incluso si no logro el trabajo y no emigro habré
logrado leer a Nietzsche en su idioma con toda la gratificación que
conlleva… Si elimino el deseo de aprender Alemán, desde luego no
sufriré por aprenderlo pero tampoco tendré ninguna de las gratificaciones inherentes a haberlo hecho.
Por otro lado, en el caso del dolor de muelas, por mucho que elimine el
deseo de que me dejen de doler, no se me eliminará el sufrimiento. Si me atropellan, por mucho que elimine mi deseo de que el dolor desaparezca o de recuperarme pronto, el sufrimiento que implican las heridas no desaparecerá.
En cuanto al camino óctuple, parecen unas recomendaciones prácticas: Comportarse bien en sociedad, ya que somos animales sociales. Desde luego es una forma de evitar sufrimiento, pero en algunos casos puede ser una muestra de cobardía. No en todos los momentos ni en todas las sociedades se entiende como «buen comportamiento» lo mismo. Por eso, debemos actuar conforme a nuestra propia concepción de lo bueno. Seguramente si mañana me fuese a vivir a Afganistán o Siria la sociedad de dichos países entiende como «buen comportamiento» actos que para mí no lo son en absoluto, o que incluso entiendo que son abominables, como que las mujeres lleven burka o a los homosexuales se les ejecute por serlo.
Por último, la meditación tampoco parece ser ninguna panacea, aunque supongo que sin exagerar en su práctica es algo recomendable para disminuir el estrés, igual que hacer deporte, pasear, escuchar música suave, etc. Ver al respecto: https://falsable.wordpress.com/2012/03/27/sirve-de-algo-la-meditacion/
Contra el Mindfudness no tengo nada, es simplemente intentar estar concentrado cuando haces algo, siempre es recomendable, y a veces imprescindible, pensemos en la conducción, pero no creo que sea intrínseco del budismo.
Darte las gracias por el blog, ya que me ha aclarado muchas cosas sobre el budismo.
marzo 13, 2015 a las 9:58 pm
Las cuatro nobles verdades, según entiendo, intentan por un lado resolver el problema existencial del hombre, es decir, que apunta a su centro mismo, a su condición esencial. Por otro lado, estas no se deben entender como compartimientos separados, jerárquicamente construidos, sino que forman una totalidad. En lo personal practico y estudio budismo hace un año y lo que comprendo es lo siguiente.
La primer verdad es con mayor precisión: hay sufrimiento. No que la vida «sea» sufrimiento. El hombre sufre inevitablemente, ya sea al principio, ya sea al final. Sufrimiento, según entiendo, visto en sentido amplio, sea físico, psicológico o espiritual. No hay ni puede haber conformidad porque incluso los momentos felices hay o habrá vacío, angustia, pues hay incomprensión de lo que verdaderamente somos. En lo personal creo que la apuesta budista se dirige a comprender el sufrimiento a través de la clarificación, acabando con la escisión entre individuo-mundo. El budismo no es pesimista, es una teoría antropológica realista.
La segunda noble verdad dice que la causa del sufrimiento es el deseo. Entiendo esta afirmación desde la idea de deseo neurótico. No se busca aniquilar el deseo, sino que se busca desalienarlo y entenderlo como verdaderamente es. Uno sufre a fin de cuentas porque se apega a ilusiones, y la primer gran ilusión es la creencia de que uno es algo separado, individualizado y particular. La segunda gran ilusión es la permanente búsqueda de seguridad en un mundo dinámico. Y la tercera es la ilusión de suponer que ese objeto del cual me apego me define. Entonces, en definitiva, la clave está no en el deseo en sí, sino en cómo es ese deseo: dependiente, insaciable, volátil, que busca satisfacerse en cosas que no lo podrán satisfacer nunca. Allí, creo, la idea es preguntarse qué moviliza ese deseo.
La tercer noble verdad está contenido en parte en lo anterior, si cesa «ese» tipo y forma de deseo se elimina el sufrimiento (entendido como cuestión existencial y profunda). No se afirma que no haya dolor, se busca concientizar sobre afrontar las cosas como son en realidad. Si a uno lo atropellan es obvio que el dolor existirá, pero uno va a sufrir si persiste en querer que las cosas sean distintas, cuando ya no pueden serlo, porque las 4 nobles verdades intentan revelarle al hombre que este también pertenece al mundo, y este es, según el budismo, impermanente y no tiene yoidad.
El octuple sendero no es un conjunto de leyes. Es la puesta en práctica del camino espiritual, y como verás es absolutamente relativo porque son afirmaciones abiertas. Se supone que uno las internaliza cuando desarrolla un tipo de entendimiento que no es precisamente racional.
En cuanto a la meditación, la mejor recomendación es que cada uno haga su experiencia y verifique si le «sirve» o no.
Interesante intercambio, también tengo muchas dudas sobre las cuatro nobles verdades y la doctrina budista, en otro momento las desarrollaré.
Abrazo!
agosto 21, 2016 a las 5:57 am
He leido tu comentario y me ha parecido bastante entendible, veo que sos practicante y estudiante del budismo hace tiempo que estoy buscando una «guia» para desarrollarme en ello que libro me recomendarias en forma de introduccion?
marzo 14, 2015 a las 1:17 pm
Gracias Griego, me gusta tu explicación. Supongo que o bien hay problemas con las traducciones al español o que hay diferentes formas de interpretarlas. La tuya me parece muy razonable.