Cuando has sido educado en el budismo, no lo concibes como una religión. Piensas en el budismo como un tipo de ciencia, un método para explorar tu experiencia con técnicas que te ayudan a examinar tus acciones y tus reacciones con una actitud libre de enjuiciamiento, para poder reconocer: «Ah, así es como funciona mi mente. Esto es lo que tengo que hacer para experimentar felicidad. Esto es lo que debo evitar para alejar el sufrimiento».


Así comienza el magnífico libro de Yongey Mingyur Rimpoche, La alegría de vivir, un excelente manual de introducción tanto a la meditación como al budismo en el que todo es analizado desde una perspectiva científica.
Escrito de manera sorprendentemente pragmática, la clarividencia del autor y su facultad para explicar de un modo sencillo los más complejos términos hacen del libro una lectura amena y muy enriquecedora.
Aparte de sus consejos para la meditación, lo más interesante, a mi modo de ver, son las conclusiones que el autor nos muestra acerca de cómo budismo y ciencia, especialmente en cuanto a la neurología se refiere, tienen unas posturas cada vez más parecidas entre sí en muchos asuntos clave. Cabe hacer una mención especial, siempre a mi modo de ver, al capítulo de «la sinfonía interior», en el que explica -según la neurobiología moderna- la biología del cerebro, ayudando a entender mejor el cómo y por qué de nuestras actitudes.
Sin duda, un libro totalmente recomendado tanto para iniciados como no iniciados en el budismo, ya sea con un interés meramente intelectual del mismo o no.
Puedes encontrar el libro aquí: La alegría de vivir
@ElBudaCurioso