Segunda entrada sobre los problemas y dudas más frecuentes de aquellos que se inician en la meditación, en el que se trata la postura, el tema de meditación y la frecuencia.
Como ya dije en el primer post (Consejos para la meditación I), no soy ningún gurú budista ni de la meditación, simplemente intento ayudar contando lo que a mí me funciona y lo que no.
Te recomiendo, antes de nada, que te pases por la sección de meditación si no lo has hecho ya. O pásate por Bosque Theravada, donde encontrarás multitud de información al respecto.
– Postura
Olvídate de posturas concretas. Probablemente lo primero que te venga a la cabeza si te inicias en la meditación es la típica postura del loto que en tantas películas e imágenes se puede ver. Aunque es cierto que esta u otras posturas, si se dominan, son óptimas para la meditación por la forma corporal que permiten mantener durante largos periodos de tiempo, no son imprescindibles.
En lo que la mayoría de maestros coincide es en que debes adoptar una postura cómoda, en la que puedas relajar el cuerpo lo suficiente como para olvidarte de él, pero no tanto como para que te puedas dormir. Importante es tener la espalda y cabeza recta, no habiendo nada que te impida respirar de manera natural con comodidad. Tampoco importa dónde, da igual si lo haces en el suelo, sobre un cojín o en una silla normal y corriente, siempre y cuando la postura corporal te permita respirar con naturalidad y olvidarte del cuerpo.
Respecto a los ojos, lo suyo es tenerlos ligeramente entreabiertos, aunque las primeras veces puede ayudarnos a concentrarnos mejor el tenerlos cerrados.
– ¿Sobre qué meditar?
La meditación, al contrario de lo que muchos creen, no sólo es relajación, aunque bien es verdad que la relajación es parte fundamental y requisito previo para cualquier meditación.
Hay tantos temas y clases de meditación como te puedas imaginar. Lo recomendable es que, hasta que tengas cierta práctica, te entrenes en la mera relajación y concentración, pues hay que alcanzar cierta serenidad mental previa sea cual sea el tipo de meditación que quieras hacer. Una vez que seas capaz de relajarte y enfocar la atención hacia donde desees, puedes meditar sobre la compasión, el vacío, etc.. aunque todo esto se explica con más profundidad en los siguientes enlaces:
- Introducción a la meditación
- Atención a la mente
- Otros modos de atención
- Meditación activa
- Práctica de meditación: la compasión
- Fúndete
También puedes probar con esta práctica de meditación de 90 días explicada paso a paso en Bosque Theravada.
– ¿Cuánto y cuándo meditar?
Recuerda estas dos máximas:
Cuando quieras: no te obligues a practicar la meditación. Practica sólo cuando verdaderamente te apetezca. Obligándote corres el riesgo de que la meditación acabe pareciéndote una más de las tantas odiosas tareas que a diario tienes que hacer. Además, ten en cuenta que la mente parece que tiene voluntad propia. Habrá días que es indomable y que, por lo tanto, es mejor dejarlo, pues además de inútil puede ser contraproductivo.
El tiempo que quieras: mejor poco tiempo pero con frecuencia. No hace falta estar largos periodos sentado meditando, mejor unos pocos minutos productivos que varias horas peleándonos con nuestra propia mente.
Habrá veces que seas capaz de estar varios minutos sereno y concentrado, y otras veces que a los pocos segundos te levantes. Sé compasivo contigo mismo y haz simplemente lo que te pida el cuerpo. Si tienes ganas de meditar, medita. Si no, déjalo y ya te entrarán ganas en otro momento.
De todos modos, aléjate de la falsa y extendida idea de que la meditación sólo dura un intervalo de tiempo determinado. De nada o muy poco sirve que durante unos minutos al día te alejes del mundo y te sientes a meditar, si en cuanto te levantes vuelves a tus preocupaciones y estrés rutinario y vuelves a ser el mismo.
Meditar es tomar plena conciencia de tu «yo» y el mundo que te rodea, es reeducar tu mente para deshacerse de los engaños y condicionamientos en los que has estado sumido hasta ahora. Lo ideal, por tanto, sería mantener esta plena conciencia durante la totalidad de tus actos diarios, lo cual puede sonar difícil al principio, pero que con práctica se consigue.
mayo 30, 2014 a las 3:06 pm
Muchas gracias, esta información me sirve montones!
junio 1, 2014 a las 4:11 pm
Es difícil, cuesta y se debe regresar una y otra vez pues se tienen capas y capas de costumbre , prejuicios y demás engendros, que degradar e ir dejando de paso, si será posible aún no lo sé, pero insisto.. gracias y bendiciones..