vacío – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com Blog sobre budismo, meditación, y otros Sat, 26 Sep 2020 13:04:46 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.5.3 https://elbudacurioso.com/wp-content/uploads/2018/12/cropped-7879b-img-photo-art-765828819-32x32.jpg vacío – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com 32 32 En tercera persona https://elbudacurioso.com/2014/07/27/en-tercera-persona/ https://elbudacurioso.com/2014/07/27/en-tercera-persona/#comments Sun, 27 Jul 2014 08:40:36 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=855 Y de pronto ya no estás ahí. Bueno, es verdad que tu cuerpo sigue ahí, ves y oyes lo mismo que antes, la gente se sigue dirigiendo a ti por tu nombre, hablan de ti y contigo, pero ahora experimentas todo... Seguir leyendo →

The post En tercera persona appeared first on El Buda Curioso.

]]>
Y de pronto ya no estás ahí. Bueno, es verdad que tu cuerpo sigue ahí, ves y oyes lo mismo que antes, la gente se sigue dirigiendo a ti por tu nombre, hablan de ti y contigo, pero ahora experimentas todo esto de manera muy diferente. Eres un testigo de lo que pasa, un testigo curioso, que se divierte y hasta sorprende de lo que acontece.
Observas a los demás con irónica sonrisa, mitad divirtiéndote, mitad sintiendo compasión por ellos: ¡qué tontos, no han comprendido nada! Están tan ocupados representando su propio ideal de lo que creen ser, acumulando y previendo, que no se dan cuenta de lo que verdaderamente ocurre. Alguno te adula, pero para ti el halago ya no tiene sentido; el otro te insulta, pero a ti eso ya no te puede afectar; y el otro te ignora, pero tú ya en eso no reparas. También se adulan entre ellos, pero tu ves lo que hay detrás de tales halagos; se insultan y se agreden, y tu observas la situación con algo de pena, como la de una madre que ve a sus niños pelearse entre ellos.
Te resulta curioso que sigan sorprendiéndose de algunos cambios que la vida trae, que sigan considerándolos como eventos inesperados y fruto de la mala suerte o algo similar, que sigan intentando controlarlo todo, que crean que ciertas situaciones nunca van a ocurrir, o si ocurren, que lo harán en un tiempo tan lejano que no merezca la pena pensar sobre ello ahora. Siguen buscando la felicidad en lo mundano, sin saber que de ahí solo pueden sacar una placer efímero. Siguen intentando nadar contra la corriente, sin saber que tal menester es en vano. De hecho, hasta puede que ignoren que existe tal corriente.
Pero de los demás, el que más te sorprende es tu propio ego, que todavía te queda. Observas en tercera persona cómo él también intenta representar su propio ideal, defenderse, autoreconocerse, reafirmarse y ser por otros reafirmado, prever, buscar el agrado y tomar partido. Sigue intentando ser parte de todo esto, pero una parte separada.
Es tan fácil como comprender esto: todo tiene un surgir, todo tiene un cesar.

He aquí, Aggivessana, que cualquier forma material, pasada, futura o presente, interior o exterior, tosca o sutil, inferior o superior, lejana o cercana, toda forma material, el monje, habiéndola visto con perfecta sabiduría tal y cómo es: «esto no es mío», «ése no soy yo», «ése no es mi yo», supera el apego y queda liberado.
Cualquier sensación… percepción… composición mental… conciencia, pasada, futura o presente, interior o exterior, tosca o sutil, inferior o superior, lejana o cercana, habiéndola visto con perfecta sabiduría tal y como es: «esto no es mío», «ése no soy yo», «ése no es mi yo», supera el apego y queda liberado.

-Buda, Pequeño sermón a Saccaka, Majjhima Nikaya

 @ElBudaCurioso

The post En tercera persona appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/07/27/en-tercera-persona/feed/ 8
Budismo y física cuántica https://elbudacurioso.com/2014/04/21/budismo-y-fisica-cuantica/ https://elbudacurioso.com/2014/04/21/budismo-y-fisica-cuantica/#comments Mon, 21 Apr 2014 08:52:48 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=430 Christian Thomas Kohl, académico de historia y filosofía de la ciencia, intenta demostrar  en este libro, de la manera más objetiva y empírica posible, las semejanzas y contrastes entre la física cuántica y el budismo en cuanto a su manera de concebir la... Seguir leyendo →

The post Budismo y física cuántica appeared first on El Buda Curioso.

]]>
Buddhismus und Quantenphysik, Christian Thomas Kohl

Buddhismus und Quantenphysik, Christian Thomas Kohl


Christian Thomas Kohl, académico de historia y filosofía de la ciencia, intenta demostrar  en este libro, de la manera más objetiva y empírica posible, las semejanzas y contrastes entre la física cuántica y el budismo en cuanto a su manera de concebir la realidad.
El libro, que no lo he encontrado en español y he tenido que leer en su idioma original, alemán, se titula si lo traducimos literalmente «Budismo y física cuántica. Conclusiones sobre la realidad» («Buddhismus und Quantenphysik. Schlussfolgerungen über die Wirklichkeit», Ed. Windpferd).
En cuanto al budismo, se ha tomado como referente a Nagarjuna, un filósofo indio del siglo II d.C. considerado uno de los pensadores más influyentes en el budismo (en sus corrientes Mahayana y Zen, principalmente). En concreto, los conceptos principales sobre los que se reflexiona son la vacuidad y el origen dependiente, temas sobre los cuales Nagarjuna reflexionó y dejó varios escritos.
A modo de recuerdo, vacío o vacuidad no significan “ausencia de materia”, sino la falta de esencia o identidad propia e infinita de cualquier objeto o fenómeno designado. Todo objeto o fenómeno concebido se ha originado a partir de otro en unas determinadas causas y condiciones, lo que se denomina en budismo el origen dependiente, y tanto lo que lo origina como lo originado carecen de entidad propia e infinita. No hay nada en ningún objeto o fenómeno de lo que pueda decirse: esto es tal, desde siempre ha sido tal y seguirá infinitamente siendo tal cosa independientemente de los demás objetos y fenómenos.
La mayor parte de las 160 primeras páginas (algo más de la mitad del libro) gira en torno a la filosofía de Nagarjuna. Thomas Kohl intenta explicar con lenguaje y rigor científico lo que la filosofía de Nagarjuna propone, o mejor dicho, explicar qué es lo que no propone, y esto lo hace a través de la comparación con lo que según el autor han sido hasta ahora las cuatro grandes corrientes metafísicas:

  • Substancialismo: la substancia o el propio ser es algo inalterable, independiente, eterno y que existe por sí mismo. Esta substancia o propio ser es la razón por la cual todo lo demás existe, es la base intangible del mundo. Entre las substancias más importantes se suele considerar tradicionalmente a Dios u otros seres divinos.
  • Subjetivismo: la conciencia es la base de toda realidad. Cada sujeto forma su propia realidad, no existiendo por tanto una realidad objetiva común a todos los seres.
  • Holismo: considera la realidad como un todo, una unidad. La realidad es un sistema en el que cada parte que lo forma es independiente. Este sistema, analizado en su conjunto, explica como funcionan las partes, pero las partes, analizadas de manera independiente, no explican como funciona el sistema. Lo contrario sería el reduccionismo, que expone que las partes explican el sistema.
  • Instrumentalismo: preguntarse acerca de la realidad carece de sentido, pues nuestras concepciones de la realidad no la reflejan verdaderamente, ya que sólo poseemos un conjunto de informaciones sobre ésta. Según el autor, esto supone ignorar la existencia de sujeto y objeto.

La filosofía de Nagarjuna niega, siempre según el autor, los extremos que las anteriores visiones proponen, y lo hace de la siguiente forma (lo hiper-resumo):
Negación del substancialismo: Todos los objetos o fenómenos carecen de una esencia propia permanente, pues todo lo existente ha sido originado siempre a partir de otro algo, no existiendo por sí mismo, sino por unas causas determinadas y en dependencia de aquello que lo origina, y cesará en cuanto dichas causas cesen.
Negación del subjetivismo: Ni hay separación entre conciencia y realidad, ni son lo mismo, sino que son codependientes: sujeto y acción, concepto y objeto, etc..  son complementarios e interdependientes. La realidad depende de la mente que la concibe tanto como la mente que la concibe depende de la realidad que la origina.
Negación de holismo y reduccionismo: Al originarse todo siempre a partir de otro algo de manera dependiente, ni el sistema es independiente de las partes, ni las partes del sistema, ni las partes de otras partes del mismo sistema, ni el sistema de otros sistemas, ni las partes del sistema de las partes de otro sistema. Todo se origina, interactua y cesa en una relación de codependencia. Por lo tanto, ni las partes explican el sistema, ni el sistema las partes.
Negación de instrumentalismo: esta forma de afrontar la realidad (o de no afrontarla mejor dicho) es, a mi entender, la menos convincentemente refutada por el autor, que se limita a decir que no concuerda con el concepto de origen dependiente que Nagarjuna propone, dando pocos y nimios argumentos a favor o en contra.
Para aquellos que conozcan la enseñanza budista, hayan leído o no a Nagarjuna, esta primera mitad de libro puede parecerles un poco repetitiva.
A partir del capítulo 11, titulado «La fundamentos metafísicos de la física cuántica», deja por fin un poco de lado a Nagarjuna y empieza a hablar de la física cuántica y de sus similitudes con la cosmovisión budista. Y tampoco es que hable mucho, la verdad, pues lo único que hace es citar a diversos autores de manera breve, exponiendo las conclusiones de cada uno al respecto, tanto de los que tienen una visión simular al budismo como de los que no. Menciona también diversos experimentos y teorías, algunos muy conocidos como el experimento de Young o de la doble rendija y el Gato de Schrödinger, casi siempre centrándose en el dualismo cuántico de la materia que existe entre ondas y partículas, la denominada dualidad onda-corpúsculo.
El autor acaba (y empieza) llegando a esta conclusión: <<da igual qué componentes tomemos como base en la mecánica cuántica (partículas elementales, cuarks, cuerdas, campos de fuerza, leyes naturales matemáticas, simetrías, conciencia, modelos de pensamiento o información), ninguno de esos componentes es independiente, todos son dependientes, todos interactuan con otros componentes y con el ambiente. La realidad fundamental no es una colección de cosas autónomas o de factores independientes, sino un proceso de sistemas interdependientes>>. Que es exactamente lo mismo que el budismo dice, pero explicado con base científica.
Por si no queda claro, el autor prosigue con esta metáfora: <<todo está formado por arena, y ni siquiera los granos de arena poseen un núcleo permanente o esencia propia, pues su estabilidad se basa en la interacción entre sus propias partículas y las partículas de otros elementos, de los que son dependientes>>.
El libro es, en mi opinión, un excelente compendio de conclusiones y pensamientos de autores destacables de la física y la metafísica, contrastadas todas, de alguna manera o de otra, con la filosofía de Nagarjuna y, por tanto, con la metafísica budista. Sólo dos pegas: 1) yo esperaba algo más de física cuántica; 2) a veces cuesta seguir la linea de pensamiento del autor, que salta de un punto a otro y de un autor a otro con tanta ligereza y frecuencia que a veces ya no sabes qué está queriendo demostrar ni de qué concepto está hablando. De hecho, creo que él mismo se da cuenta de esto y es por eso que en casi cada capítulo hace al final un resumen de lo expuesto.
«Buddhismus und Quantenphysik. Schlussfolgerungen über die Wirklichkeit». Christian Thomas Kohl. Ed. Windpferd. ISBN: 978-3-86410-033-8.
Enlaces relacionados:

@ElBudaCurioso

The post Budismo y física cuántica appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/04/21/budismo-y-fisica-cuantica/feed/ 7
Caminante, no hay camino… https://elbudacurioso.com/2014/04/18/caminante-no-hay-camino/ https://elbudacurioso.com/2014/04/18/caminante-no-hay-camino/#comments Fri, 18 Apr 2014 08:53:14 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=414 Este post sirve de complemento para aquel otro que ya escribí sobre la vacuidad. Se trata de una mera reflexión que  me ha surgido mientras leía el libro Budismo y física cuántica, de Thomas Kohl. En él se compara la... Seguir leyendo →

The post Caminante, no hay camino… appeared first on El Buda Curioso.

]]>
Este post sirve de complemento para aquel otro que ya escribí sobre la vacuidad. Se trata de una mera reflexión que  me ha surgido mientras leía el libro Budismo y física cuántica, de Thomas Kohl. En él se compara la cosmovisión budista tanto con las conclusiones actuales de la física cuántica como con la de otras filosofías y metodologías que han regido o rigen el modo de pensar y de concebir la realidad en occidente.
Como referente en cuanto al budismo, se ha tomado a Nagarjuna, un filósofo indio del siglo II d.C. considerado uno de los pensadores más influyentes en el budismo.
El tema principal del libro gira en torno a la vacuidad, citándose con relativa frecuencia el ejemplo que Nagarjuna daba para hablar de ella: caminante y camino. Esto me ha recordado a aquellos versos de Antonio Machado:

Caminante, no hay camino,
se hace el camino al andar.

A modo de recuerdo, vacío o vacuidad no significan «ausencia de materia», sino la falta de esencia o identidad propia e infinita de cualquier objeto o fenómeno designado. Todo objeto o fenómeno concebido se ha originado a partir de otro en unas determinadas causas y condiciones (ver post sobre el origen dependiente), y tanto lo que lo origina como lo originado carecen de entidad propia infinita. No hay nada en ningún objeto o fenómeno del que pueda decirse: esto es tal, desde siempre ha sido tal y seguirá infinitamente siendo tal cosa.
Nagarjuna explica este vacío de identidad y este origen dependiente mediante conceptos complementarios o sus extremos: tanto camino como caminante dependen el uno del otro, ninguno existe por sí mismo como entidad independente. Sin el camino no habría caminante, y sin caminante no habría camino. Ambas cosas existirían, pero no entendidas ya como camino y caminante.
Caminante y camino no pueden ser entendidas de manera holística, es decir, como un todo, pues son dos unidades diferentes. Nagarjuna, en contra de este holismo, dice: <<si no hubiese diferencia entre concepto y objeto, nos quemaríamos la boca al decir «fuego»>>. Pero tampoco pueden ser entendidas de manera reduccionista, es decir, como dos unidades diferentes, pues son dependientes la una de la otra en cuanto a su existencia.
Dado que todo lo que existe se ha originado a partir de otro algo de manera condicionada,  algo nunca podria ser considerado camino si no se origina mediante alguien que lo camine. Hasta ahí Machado coincide con Nagarjuna. El problema es que pasa lo mismo con el caminante. El caminante, en cuanto caminante, solo existe cuando recorre el camino. Empieza a ser caminante cuando empieza a recorrer el camino, y deja de serlo cuando deja de recorrerlo, de la misma forma que pasa con el camino.
Pd.: Si intentas buscar el libro en español, probablemente no lo encuentres. Yo al menos no he sido capaz. La copia que me estoy leyendo es la original en alemán, idioma en el que fue publicado bajo el mismo titulo: «Buddhismus und Quantenphysik. Schlussfolgerungen über die Wirklichkeit», de Christian Thomas Kohl, ISBN: 978-3-86410-033-8.

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.

@ElBudaCurioso

Foto: Iñaki de Luis

The post Caminante, no hay camino… appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/04/18/caminante-no-hay-camino/feed/ 7
La (no)mente perfecta https://elbudacurioso.com/2014/04/14/la-nomente-perfecta/ https://elbudacurioso.com/2014/04/14/la-nomente-perfecta/#comments Mon, 14 Apr 2014 09:44:11 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=388 Niega la realidad de las cosas, y te perderás su realidad más profunda. Afirma su realidad, y te perderás su vacío. Mientras más pienses en ello, más lejos estarás de la realidad. Detén todo pensar y no habrá ya nada... Seguir leyendo →

The post La (no)mente perfecta appeared first on El Buda Curioso.

]]>

Niega la realidad de las cosas, y te perderás su realidad más profunda. Afirma su realidad, y te perderás su vacío. Mientras más pienses en ello, más lejos estarás de la realidad. Detén todo pensar y no habrá ya nada que no te sea revelado.

Los siguientes versos fueron compuestos hace nada más que unos mil quinientos años por un maestro zen de nombre Sosan (Seng-ts’an). Tratan principalmente sobre el vacío, por lo que se pueden decir hablan de todo.
La traducción es mía, del inglés y usando otra en alemán como apoyo. Sobre el título hay controversia en función de la traducción que leamos: «Versos sobre la mente perfecta», «La fe en la mente», etc…. En chino pinyin se titula Hsin Hsin Ming.

El Gran Camino no es difícil
para aquellos que no tienen preferencias.
Abandona deseo y aversión
y se te revelará por sí mismo.
Haz la menor de las distinciones
y estarás tan lejos de él como el cielo lo está de la tierra.
Si quieres comprender la verdad
no mantengas opiniones a favor o en contra.
Distinguir entre el agrado y el desagrado
es la enfermedad de la mente.
Cuando el profundo significado (del Camino) no se entiende,
la paz intrínseca de la mente se disturba.
Tan vasto como el espacio infinito,
es perfecto y no carece de nada.
De hecho, es debido a la codicia y al rechazo
que no ves las cosas como son.
No te enredes en las cosas,
no te pierdas en el vacío.
Mantente sereno en la unidad de las cosas
y el dualismo desaparecerá por sí sólo.
Cuando intentas parar el movimiento para conseguir serenidad,
el mero esfuerzo te llena de actividad.
Mientras sigas agarrado a los extremos
no llegarás a conocer la verdad.
Aquellos que no entienden el Camino
afirmarán y negarán la realidad de las cosas.
Niega la realidad de las cosas, y te perderás su realidad más profunda.
Afirma la realidad de las cosas, y te perderás su vacío.
Mientras más pienses en ello,
más lejos estarás de la realidad.
Detén todo pensar
y no habrá ya nada que no te sea revelado.
Retornar a la raiz es encontrar la esencia,
pero perseguir las apariencias es alejarse del origen.
El momento en el que te ilumines,
irás más allá de las apariencias y del vacío.
Los cambios que parecen ocurrir en el (vacío) mundo
parecen real solo a causa de la ignorancia.
No busques la verdad,
simplemente cesa de albergar opiniones.
No mantengas visiones dualistas;
evita estos hábitos cuidadosamente.
Aun quedando un sólo trazo de lo correcto e incorrecto,
la mente se pierde en la confusión.
Aunque las dualidades surgen de la unidad,
no te aferres ni siquiera a esa unidad.
Cuando la mente existe imperturbada en el camino,
todo está libre de falta.
Cuando las cosas ya no pueden ser defectuosas,
es como si no hubiera cosas.
Cuando la mente ya no puede ser perturbada,
es como si no hubiera mente.
Cuando los objetos pensados desaparecen,
el sujeto pensante desaparece.
Cuando la mente desaparece,
los objetos desaparecen.
El surgir de lo uno da pie a lo otro;
dando pie a lo uno se genera lo otro.
Conoce estas dos facetas aparentes como uno: vacío.
En este vacío, todo es indistinguible
y cada parte contiene en sí el total.
Si no se hace discriminación entre esto y aquello,
¿cómo puedes preferir lo uno a lo otro?
El Gran Camino lo abarca todo
y no es ni fácil ni difícil.
Aquellos con una visión limitada
tienen miedo y son irresolutos;
mientras más prisa se dan, más lentos avanzan.
Se exceden con su apego,
pues incluso apegarse a la iluminación es perderse en el camino.
Deja que las cosas sean como son
y no habrá ya ni ir ni venir.
Estando en armonía con el camino
te liberarás de toda perturbación.
Atado por tus pensamientos, pierdes la verdad,
te vuelves pesado, desanimado y con malestar.
Con malestar, la mente se aflige.
¿Por qué aferrarse o rechazar nada?
Si deseas moverte por el Camino
no sientas desagrado ni siquiera por el mundo de los sentidos e ideas.
De hecho, aceptar completamente dicho mundo
es lo idéntico a la verdadera iluminación.
El sabio no se aferra a ningún objetivo
mientras que el necio se encadena a ellos.
Sólo hay un Dharma, no varios.
Las distinciones surgen de las enredadas necesidades del ignorante.
Usar la mente para hacer surgir la mente
es el mayor de los errores.
Paz y tormento derivan del pensamiento;
En la Iluminación no hay agrado ni desagrado.
Todas las dualidades vienen de conclusiones ignorantes.
Son como sueños o castillos en el aire:
el necio intenta agarrarse a ellos.
Ganancia y pérdida, correcto e incorrecto,
abandona todas estas ideas de una vez.
Si el ojo nunca duerme,
los sueños se extinguen.
Si la mente no hace discriminaciones,
todas las cosas se muestran como realmente son: de una única esencia.
Comprender el misterio de esta única esencia
significa estar liberado de todo enredo.
Cuando las cosas se ven si diferenciación,
vuelves al origen y quedas como lo que eres.
Considera el movimiento en reposo y lo inmovil en movimiento,
y tanto movimiento como reposo desaparecerán.
Cuando estas dualidades cesan de existir,
incluso la unidad no puede ya existir.
Este estado absoluto no está atado a reglas ni descripciones.
Para la mente que lo comprende y que está en armonía con el Camino, toda actividad cesa.
Dudas y despropósitos desaparecen,
y la verdad se confirma en tí.
De un simple golpe te liberarás del cautiverio;
nada se aferrará a ti y a nada te aferrás.
Todo es vacío, claro e iluminador
si necesidad de esfuerzo mental.
Aquí pensamiento, sentimiento, conocimiento e imaginación
carecen de valor.
En este mundo “tal y como es”,
el ego no existe.
Para expresarlo de una manera espontánea,
solo di “no-dualidad”.
En esta no-dualidad nada está separado,
nada está incluido.
El iluminado, no importa cuándo ni dónde,
ha comprendido personalmente la verdad.
La Verdad está más allá del tiempo y del espacio,
un instante es eternidad.
No aquí, no allí,
sino en todos lados siempre justo delante de tus ojos.
Infinitamente grande e infinitamente pequeño,
no hay diferencia,
pues las definiciones han desaparecido
y ninguna frontera puede ser ya discernida.
De la misma forma que con el ser y el no ser.
No pierdas el tiempo en argumentos ni discusiones
intentando comprender lo incomprensible.
Uno y todo, entremézclate sin distinción.
Vivir comprendiendo esto significa no preocuparse ni por la perfección ni por la imperfección.
Confiar en el camino significa vivir sin separación, y con esta no-dualidad, camino y tú sois ya uno.
¡Palabras! ¡Palabras!
El camino está más allá del lenguaje.
Las palabras nunca pudieron, no pueden ni podrán describir el Camino.

Si crees que no he traducido bien algo, agradecería que me lo hicieras saber 🙂
Fuentes:

  • En inglés: Hsin-Hsin Ming, traducción de Eric Putkonen
  • En alemán: Die Lehren Buddhas, de Jack Kornfield y traducido por Ilse Fath-Engelhardt. ISBN: 978-3-426-87441-7

Otras traducciones:

@ElBudaCurioso

The post La (no)mente perfecta appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/04/14/la-nomente-perfecta/feed/ 8
No-Yo (reflexión nocturna) https://elbudacurioso.com/2014/04/04/no-yo-reflexion-nocturna/ https://elbudacurioso.com/2014/04/04/no-yo-reflexion-nocturna/#comments Fri, 04 Apr 2014 05:16:00 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=352 Que conste que esta reflexión está escrita a altas horas de la madrugada en una de esas típicas noches en vela en las que la capacidad de raciocinio no sea probablemente la más adecuada para tales menesteres, por lo que quizá,... Seguir leyendo →

The post No-Yo (reflexión nocturna) appeared first on El Buda Curioso.

]]>
Que conste que esta reflexión está escrita a altas horas de la madrugada en una de esas típicas noches en vela en las que la capacidad de raciocinio no sea probablemente la más adecuada para tales menesteres, por lo que quizá, además de catalogarlo como un post de humor, deba escribir a modo de advertencia aquello que Hesse ya advertía en El lobo estepario:

Sólo para locos. La entrada cuesta la razón. 

La cosa va sobre el la ausencia de un «yo» real:
Si no estás muy familiarizado con el budismo, quizá sería bueno que leyeses primero este post sobre el vacío.
Si prestas atención durante unos instantes a tu mente, te darás cuenta de que experimentas un flujo continuo de  ideas, recuerdos y sentimientos que surgen, se desarrollan y desaparecen sin cesar. En este momento reflexionas sobre tal idea, te acuerdas de tal suceso, sientes tal cosa, etc. Hace un momento tu mente la ocupaba otra reflexión diferente, o recordabas otra cosa, o experimentabas tal otro sentimiento.
No solo esos pensamientos, sino todas aquellas experiencias de tu consciencia son un flujo. En este momento tu consciencia visual ve tal elemento, tu consciencia auditiva percibe tal sonido, etc.. Cada una de esas percepciones y pensamientos aparecen y desaparecen. Y es precisamente ese flujo de pensamientos y percepciones a lo que llamas «YO».  Ya lo dijo Descartes: <<Pienso, luego existo>>, pues se puede dudar de todo: de la realidad que percibes, del cuerpo que posees, etc.. de lo único que no se puede dudar es de que piensas, y por tanto existes como ente pensante. Aunque luego lo rebatió Nietzsche con aquello de … bueno que me salgo del tema.
¿Pero como voy a ser yo meramente ese flujo de pensamientos y percepciones? ¿Por qué tengo entonces consciencia de un «YO» que es considerado como la misma persona desde que era pequeñito hasta ahora? ¿Soy acaso sólo mi memoria?
Bueno, para empezar, probablemente todo lo que consideras «tu memoria» o «tus recuerdos» sea tan sólo otra más de esas ideas que surgen y desaparecen en el flujo al que llamas «YO». Pero aun suponiendo que esto no es así, y que somos verdaderamente un flujo de pensamientos y percepciones con una memoria capaz de recordar lo que mi flujo de ayer pensaba y percibía, y que por tanto dicha memoria es la que hace considerarme una consciencia uniforme que experimenta un flujo de pensamientos y percepciones, y no como el flujo en sí, quedan algunas preguntas: ¿qué eras entonces en aquellos tiempos de los que no tienes memoria? ¿acaso tu memoria es fiable, o tus recuerdos son meras ideas inventadas? e incluso si aquello pasó y lo recuerdas, ¿pasó verdaderamente así, o tu lo interpretaste así en aquel momento, o tu lo recuerdas como te da la gana? etc..
Supongamos que lo volvemos a enfocar pragmáticamente: soy un ente que experimenta un flujo de pensamientos y percepciones pero que tiene capacidad de memorizar, aunque no en todas las etapas de su vida ni ésta es fiable al cien por cien, pero que no por eso deja de ser válida. Esta memoria hace que tenga una «consciencia permanente» (por inventarme un nombre) de la persona que soy, de mi «YO». Incluso aunque fallase por alguna lesión o enfermedad cerebral y perdiese mi memoria y mi capacidad de generar nuevos recuerdos, seguiría siendo «YO», pero con una lesión cerebral. Es decir, sería un cuerpo capaz de experimentar un flujo de pensamientos y percepciones pero que no es capaz de recordar aquel flujo de ayer. Pero entonces volvemos al principio: ¿y cómo sabes que lo que crees que eras ayer no es más que otra de las ideas que te ha surgido hoy? Por no hablar de la idea de cuerpo… en fin, dejemos hablar a los que saben de esto, que yo a estas horas ya he perdido por completo la poca capacidad de raciocinio que me quedaba.
Buda dijo al respecto lo siguiente (es difícil encontrar un fragmento relativamente pequeño que resuma la concepción de Buda al respecto de una manera clara, pero éste nos puede servir por el momento):

<<He aquí, monjes, que éste es el camino que conduce al origen de la ilusión del yo: Se concibe el ojo [y la oreja, nariz, lengua, cuerpo y mente] como «esto es mío», «ése soy yo», «ése es mi yo». Se consideran las formas visibles, conciencias visuales, contactos visuales, sensaciones visuales, deseos visuales [y lo mismo con las auditivas, olfativas, gustativas, tangibles y mentales] como «esto es mío», «ése soy yo», «ése es mi yo»>>.

Y Nietzsche dijo:

<<En lo que respecta a la superstición de los lógicos: yo no me cansaré de subrayar una y otra vez un hecho pequeño y exiguo, que esos supersticiosos confiesan de mala gana, – a saber: que un pensamiento viene cuando «él» quiere, y no cuando «yo» quiero; de modo que es un falseamiento de los hechos decir: el sujeto «yo» es la condición del predicado «pienso». Ello piensa: pero que ese «ello» sea precisamente aquel antiguo y famoso «yo», eso es, hablando de modo suave, nada más que una hipótesis, una aseveración, y, sobre todo, no es una «certeza inmediata». En definitiva, decir «ello piensa» es ya decir demasiado: ya ese «ello» contiene una interpretación del proceso y no forma parte de él. Se razona aquí según el hábito gramatical que dice «pensar es una actividad, de toda actividad forma parte alguien que actúe, en consecuencia -». Más o menos de acuerdo con idéntico esquema buscaba el viejo atomismo, además de la «fuerza» que actúa, aquel pedacito de materia en que la fuerza reside, desde la que actúa, el átomo; cabezas más rigurosas acabaron aprendiendo a pasarse sin ese «residuo terrestre», y acaso algún día se habituará la gente, también los lógicos, a pasarse sin aquel pequeño «ello» (a que ha quedado reducido, al volatilizarse, el honesto y viejo yo)>>.

Y así, sucesivamente… ¡Buenas noches!
@ElBudaCurioso

Foto: Tommaso Meli

The post No-Yo (reflexión nocturna) appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/04/04/no-yo-reflexion-nocturna/feed/ 1
Nietzsche contra Buda: el vacío https://elbudacurioso.com/2014/03/09/nietzsche-contra-buda-el-vacio/ https://elbudacurioso.com/2014/03/09/nietzsche-contra-buda-el-vacio/#comments Sun, 09 Mar 2014 13:51:20 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=179 He aquí uno de los muchos puntos en los que Nietzsche se acercaba al budismo de tal manera que casi parece decir lo mismo que Buda. Y es que, de forma muy similar al concepto budista de vacío, Nietzsche afirmaba... Seguir leyendo →

The post Nietzsche contra Buda: el vacío appeared first on El Buda Curioso.

]]>
He aquí uno de los muchos puntos en los que Nietzsche se acercaba al budismo de tal manera que casi parece decir lo mismo que Buda. Y es que, de forma muy similar al concepto budista de vacío, Nietzsche afirmaba que los objetos y fenómenos que percibimos como reales son meras ilusiones psicológicas producidas en la mente del observador. Es decir, la realidad que observamos es una mera proyección de nuestras ideas. Nada por tanto existe como tal sin la mente que lo designa, no hay habiendo separación entre ésta y el objeto o fenómeno designado.

A continuación comento unos fragmentos sacados de Más allá del bien y del mal que pueden ayudar a entender mejor su postura:
<<Así como hoy un lector no lee en su totalidad cada una de las palabras (y mucho menos cada unas e las sílabas) de una página – antes bien, de veinte palabras extrae al azar unas cinco y «adivina» el sentido que presumiblemente corresponde a esas cinco palabras-, así tampoco nosotros vemos un árbol de manera rigurosa y total en lo que respecta a sus hojas, ramas, color, figura; nos resulta mucho más fácil fantasear una aproximación del árbol. Continuamos actuando así aun en medio de las vivencias más extrañas: la parte mayor de la vivencia nos la imaginamos con la fantasía, y resulta difícil forzarnos a no contemplar cualquier proceso como «inventores»>>.
Es decir, Nietzsche afirma que cuando vemos un árbol, lo que en realidad nuestra mente está haciendo es, a través de la percepción de un conjunto formado por un tronco, ramas, hojas, etc.., proyectar en ese conjunto nuestra idea de árbol, de manera que no vemos realmente el árbol como es, sino según nuestra proyección de dicha idea. Esto no niega la existencia del árbol, sino que reformula su existencia de tal manera que ese árbol (no sólo el concepto como afirma el vacío budista, sino la propia imagen que vemos) es tan solo una aproximación de la realidad, una representación de ésta. El árbol como realidad absoluta deja de existir, pues cada persona vería un árbol diferente, siendo por tanto una realidad relativa según el observador. Este razonamiento lo explica Nietzsche de manera más explícita en este otro fragmento:
<<En el curso de una conversación animada yo veo a menudo ante mí de un modo tan claro y preciso el rostro de la persona con quien hablo, según el pensamiento que ella expresa, o que yo creo haber suscitado en ella, que ese grado de claridad supera con mucho la fuerza de mi capacidad visual: la finura del juego muscular y de la expresión de los ojos tiene que haber sido añadida, por lo tanto, por mi imaginación. Probablemente la persona tenía un rostro completamente distinto o, incluso, no tenía ninguno>>.
Cada persona interpretaría el rostro de manera diferente, pues al fin y al cabo el rostro que percibimos no es más que una interpretación del verdadero rostro, y dicha interpretación está condicionada por nuestra cultura, sentimientos, etc.. por lo que una interpretación de dicha visión sería, valga la redundancia, una interpretación de una interpretación, no existiendo por tanto algo así como una verdad absoluta.
Nietzsche propone la verdad aparente, presente y mutable, como válida en contra de la verdad como realidad, eterna e inmutable. La verdad absoluta deja de existir por tanto, siendo sustituida por una realidad relativa, formada según nuestra voluntad, sentimientos y afecciones.
Hasta donde yo entiendo, el concepto de vacío budista y lo dicho por Nietzsche se diferencia por tanto en un aspecto muy importante: Nietzsche se centra en la proyección que hacemos de la realidad,  mientras que el vacío budista, como ya expliqué en su respectivo post, se centra en la ausencia de entidad propia del objeto o fenómeno observado.
Y tú, qué opinas?

The post Nietzsche contra Buda: el vacío appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/03/09/nietzsche-contra-buda-el-vacio/feed/ 2
El origen dependiente https://elbudacurioso.com/2014/03/07/el-origen-dependiente/ https://elbudacurioso.com/2014/03/07/el-origen-dependiente/#comments Fri, 07 Mar 2014 09:21:20 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=135 El origen dependiente es uno de los conceptos claves en los que se fundamenta el budismo. Estrechamente relacionado con el concepto de vacío, el origen dependiente significa que todo aquello que existe ha surgido a partir de otro algo debido... Seguir leyendo →

The post El origen dependiente appeared first on El Buda Curioso.

]]>
El origen dependiente es uno de los conceptos claves en los que se fundamenta el budismo. Estrechamente relacionado con el concepto de vacío, el origen dependiente significa que todo aquello que existe ha surgido a partir de otro algo debido a unas causas y condiciones determinadas. Si esas causas y condiciones cesasen, dejaría de existir.


Se trata de una relación causa-efecto universal, en la que todo aquello que existe, da igual si se trata de algo tangible o intangible, no es más que el efecto de alguna causa. Todo lo llegado a ser se podría explicar por tanto mediante el origen dependiente.

Un ejemplo fácil de entender sería el fuego. Éste surge a partir de un combustible determinado en unas condiciones determinadas. Por ejemplo, si calentamos un leño hasta la temperatura suficiente, este empezaría a arder.

La causa de este fuego sería por tanto el calor que el leño alcanza, las condiciones serían la disponibilidad de oxígeno, la suficiente sequedad del leño y del ambiente, etc.. Si el leño se consume, si lo enfriamos lo suficiente  si lo mojamos, o si el oxígeno disponible se acaba, el fuego automáticamente se extingue. El fuego, por tanto, a surgido dependientemente de unas causas y condiciones determinadas, y al cesar estas, se ha extinguido.  El fuego por sí solo no existe, depende de de otro algo para existir.

Aunque más complejo, el sufrimiento es el ejemplo más representativo del origen dependiente. Como el propio Buddha dijo en el Gran sermón sobre la aniquilación del deseo:

<<Condicionadas por la ignorancia surgen las composiciones mentales, condicionada por las composiciones mentales surge la conciencia, condicionado por la conciencia surge el organismo psicofísico, condicionados por el organismo psicofísico surgen las seis esferas de los sentidos, condicionado por las seis esferas de los sentidos surge el contacto, condicionada por el contacto surge la sensación, condicionado por la sensación surge el deseo, condicionado por el deseo surge el apego, condicionado por el apego surge el devenir, condicionado por el devenir surge el nacer, condicionados por el nacer surgen el envejecer, el morir, la pena, el lamento, el dolor, la aflicción y la tribulación>>.

Si quieres profundizar en el tema, te recomiendo que leas los artículos en Bosque Theravada sobre el Origen dependiente.

The post El origen dependiente appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/03/07/el-origen-dependiente/feed/ 7
La vacuidad https://elbudacurioso.com/2014/02/27/la-vacuidad/ https://elbudacurioso.com/2014/02/27/la-vacuidad/#comments Thu, 27 Feb 2014 16:45:15 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=70 La vacuidad o el vacío, además de clave para la comprensión del budismo, es un término bastante mal entendido. El vacío se refiere a la inexistencia de entidad propia de cualquier objeto o fenómeno, y no a la mera ausencia... Seguir leyendo →

The post La vacuidad appeared first on El Buda Curioso.

]]>
La vacuidad o el vacío, además de clave para la comprensión del budismo, es un término bastante mal entendido. El vacío se refiere a la inexistencia de entidad propia de cualquier objeto o fenómeno, y no a la mera ausencia de materia. Según dicho concepto de vacío, los objetos y fenómenos existen sólo en función de la mente que los designa.


Este concepto de vacío significa redefinir aquello que Machado decía: <<El ojo que ves no es ojo porque tu lo veas, es ojo porque te ve>>. Es decir, el concepto budista del vacío no niega en absoluto la existencia de dicho ojo, ni niega que vea, simplemente dice que aquello a lo que llamamos ojo como tal no existe por sí mismo como un ente independiente e indivisible, sino que es un órgano formado por un serie de sustancias y sensores nerviosos que, conectados a un cerebro, nos permiten ver. E incluso aunque alguno de estos órganos fallase y no nos permitiese ver, seguiría siendo un ojo. Con el objetivo de simplificar la realidad, nuestra mente hace que concibamos ese conjunto de sustancias y receptores nerviosos con una forma concreta y en una plaza determinada de la cara como una sola cosa, el ojo. Es más, cada una de las partes que componen dicho ojo están formadas a su vez por otras partes, y estas a su vez por otras hasta reducirlo todo a átomos, que a su vez están divididos en neutrones y protones, que a su vez están divididos en partículas subatómicas.

Nada de eso existe desde siempre y nada existirá de manera infinita, todo se ha formado a partir de algo, y ese algo a partir de otro algo, etc.. Sin embargo, por simplificar, lo concebimos erróneamente como algo con esencia propia: un ojo.

Resumiendo, el ojo no sería ya ojo porque nos viese, sería ojo porque nuestra mente lo considera así.

Por poner otro ejemplo, imagínate una sencilla mesa de madera. Dicha mesa está formada por cuatro palos de madera colocados verticalmente a los que llamamos patas, y una tabla plana también de madera que se apoya sobre dichas patas de manera horizontal, de tal forma que se puede usar dicha tabla para colocar objetos sobre ella. Ese conjunto de piezas de madera puestos de tal modo es para nosotros una mesa. Imagínate que se le rompe una pata y se la cambiamos por otra nueva. Ahora la mesa sigue teniendo la misma forma de antes, pero ¿sigue siendo la misma mesa? Al año se le rompe otra pata, y volvemos a sustituirla por otra nueva, y al otro año otra, y otra, y luego la tabla, que también sustituimos. Hemos ido poco a poco cambiado cada una de sus partes por otra hasta formar otra mesa totalmente nueva y, en cambio, en nuestra cabeza, sigue siendo la misma mesa, cosa que no es cierta. ¿Existía de hecho algo así como una mesa, o era sólo una herramienta conceptual de nuestro cerebro creada para facilitarnos la vida? Es más, incluso aunque no se hubiese roto ni hubiésemos cambiado ninguna de sus partes, ese conjunto de piezas de madera formaban hace algunos años parte de otras piezas de madera mayores en alguna carpintería, y antes de eso eran madera de uno o varios árboles, y todavía antes de eso no eran más que el agua y nutrientes con los que la semilla del árbol del que salieron usó para crear dicha madera.

Nada de todas estas cosas mencionadas tenía entidad propia, nada de ellas existe infinitamente, no hay nada en ellas de lo que se pueda afirmar: esto es tal y siempre será tal, y no será nunca otra cosa.

De este modo, nada existe cómo lo que es y punto. Nosotros mismos, como personas con nombre propio, no somos más que un conjunto de órganos, huesos y demás, que se formaron a partir de otras sustancias, que sufren cambios cada día y que algún día se extinguirán. Nuestra propia mente o conciencia es un flujo continuo de ideas, sensaciones y sentimientos que se originan, cambian y se extinguen, de manera que ni siempre tenemos la misma conciencia ni el mismo cuerpo. Cada segundo somos algo diferente, desde que nos originamos hasta que desaparecemos, y sin embargo creemos conservar la identidad a lo largo de toda nuestra vida.

The post La vacuidad appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/02/27/la-vacuidad/feed/ 16