sufrimiento – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com Blog sobre budismo, meditación, y otros Sat, 26 Sep 2020 13:04:45 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.5.3 https://elbudacurioso.com/wp-content/uploads/2018/12/cropped-7879b-img-photo-art-765828819-32x32.jpg sufrimiento – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com 32 32 Pasatiempos https://elbudacurioso.com/2014/05/26/pasatiempos/ https://elbudacurioso.com/2014/05/26/pasatiempos/#comments Mon, 26 May 2014 21:50:27 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=618 <<- Bien, entonces, ¿qué más quieres? – Quiero más. No estoy contento con ser feliz, no he sido creado para ello, no es mi sino. Mi determinación es lo contrario>>* Es un tópico, pero es verdad: nacemos y estamos condenados... Seguir leyendo →

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<<- Bien, entonces, ¿qué más quieres?
– Quiero más. No estoy contento con ser feliz, no he sido creado para ello, no es mi sino. Mi determinación es lo contrario>>*

Es un tópico, pero es verdad: nacemos y estamos condenados a morir.
Menos evidente para muchos, pero no menos verdad: nacemos y estamos condenados a la insatisfacción, al sufrimiento, al estrés, etc…
Y sin embargo, vivimos como si nunca fuésemos a morir, y sufrimos como si no tuviese remedio.

En la muerte no pensamos. Aunque todos sabemos que existe, y que cualquier día nos toca encontrarnos con ella, subconscientemente estamos, o queremos estarlo, seguros de que no va a ser mañana, ni pasado, sino algún día en el lejano futuro. Tan lejano, que no no importa. Tan lejano, que casi que a mí no me toca. Además, ¡qué tristeza vivir pensando en la muerte!
El sufrimiento no lo paliamos. Vivimos creyendo que el sufrir es el opuesto de la felicidad, del bienestar, y de que consiguiendo ésta desaparece aquél. Pero ni ambas cosas son opuestas, ni nada de lo mundano nos consigue esa ansiada felicidad o bienestar. Al menos, no eternamente. Hay de hecho quien dice que «la felicidad no existe, sino que sólo existen los momentos agradables». El opuesto del sufrir es el no-sufrir, y el no sufrir sólo se alcanza renunciando a la felicidad, por contradictorio que suene.
Todo aquello que anhelamos porque creemos que nos va a proporcionar cierta felicidad o bienestar, nos proporciona también sufrimiento, pues se sufre mientras se anhela el conseguirlo, se sufre mientras se lucha por conseguirlo, se sufre cuando ya se tiene por lo que cuesta mantenerlo, por el miedo a perderlo, se sufre una vez lo perdamos, etc… además, mientras se tiene, nos preguntamos: ¿cuán feliz soy ya? ¿cuánto dura esto? Y no estoy hablando sólo de bienes materiales, sino de cualquier cosa que anhelemos, ya sea tangible o intangible.
Y esa es precisamente la clave: el anhelo. Anhelamos no morir y anhelamos no sufrir, pero en vez de aceptar y ser conscientes de la inevitable muerte y de poner fin al sufrimiento, intentamos evadirnos de ambas cosas con pasatiempos. Las ignoramos, o lo intentamos, pero ambas cosas llegan.
Pasa el tiempo y buscamos mantenernos ocupados a toda costa, incluso con tareas que nos disgustan. Trabajo, pareja, familia, amigos, enemigos, estatus, dinero, coche, viajes, hobbies, etc… Odiamos el aburrimiento porque no soportamos estar a solas con nosotros mismos. Cuando no estamos ocupados con algo o con alguien, corre el riesgo de tener que ocuparnos de nosotros mismos, corre el riesgo de tener que iniciar una conversación con nosotros mismos. Algunos lo llaman pensar.
Y ese pensar no es una tarea fastidiosa si esos pensamientos los ocupan los pasatiempos de los que hablo, pero en cuanto nos olvidamos de esos pasatiempos, en cuanto nos ocupamos realmente de nosotros y de los temas vitales fundamentales, sin más condimentos… bueno, entonces la cosa se complica, porque es entonces cuando puede que de una vez tomemos conciencia de que todo este chiringito es impermanente, y eso es bastante deprimente.
La cuestión es que, una vez que tomamos verdadera conciencia de esa impermanencia, una vez que tomamos verdadera conciencia de la muerte, una vez que tomamos verdadera conciencia de nuestra insatisfacción, entonces es cuando empezamos a darnos cuenta del sinsentido de todo lo que anhelamos, pues comprendemos que toda felicidad es aparente y efímera, y que por el contrario, la insatisfacción, el sufrimiento y el estrés son permanentes y reales. Cuando comprendemos esto es cuando renunciamos al anhelo. Y renunciando al anhelo, renunciamos a aquello que nos proporciona esa aparente felicidad. Renunciando a esa aparente felicidad, renunciamos a toda la insatisfacción que indirectamente supone.
Sin anhelo, sin felicidad, sin sufrimiento, somos libres. Sin felicidad no hay sufrimiento, y sin sufrimiento no hay felicidad. Ambos términos, felicidad y sufrimiento, no son opuestos sino complementarios, y al liberarnos escapamos de la unidad que forman.

* Cita de El lobo estepario, de Hermann Hesse

@ElBudaCurioso

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El deseo y el sufrimiento https://elbudacurioso.com/2014/03/28/el-deseo-y-el-sufrimiento/ https://elbudacurioso.com/2014/03/28/el-deseo-y-el-sufrimiento/#comments Fri, 28 Mar 2014 09:34:19 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=250 Según Buda, los seres ignoramos nuestra propia naturaleza y la del mundo que nos rodea. Esta ignorancia no se refiere tanto a la falta de conocimiento sino a la incapacidad de ser plena y activamente conscientes de que tanto nosotros... Seguir leyendo →

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Según Buda, los seres ignoramos nuestra propia naturaleza y la del mundo que nos rodea. Esta ignorancia no se refiere tanto a la falta de conocimiento sino a la incapacidad de ser plena y activamente conscientes de que tanto nosotros como todo lo mundano es efímero, y que por tanto sólo nos puede proporcionar una felicidad efímera.

Sin embargo, centramos en lo mundano la finalidad y la base de nuestra existencia: en lo mundano buscamos nuestro bienestar, nuestra estabilidad, nuestra seguridad, etc..  Y no sólo lo buscamos, sino que no creamos lazos emocionales hacia ello, pues creamos sentimientos de afecto por lo que nos agrada y de aversión por lo que nos desagrada.


Nuestra vida, o la de la mayoría de personas, gira en torno a su trabajo, sus planes de futuro, su pareja, sus bienes materiales, su dinero, su fama, etc.. Vivimos creyendo que conseguir todo eso nos va a proporcionar un estado de bienestar duradero; vivimos como si no fuésemos a morir;  vivimos creyendo que todo eso nunca va a acabar; etc.. vivimos, en fin, totalmente centrados en aspectos efímeros y fútiles de nuestra existencia.

La ignorancia que nos hace vivir en esta ilusión, es la razón por la cual nos apegamos al mundo: a nuestros bienes, nuestro «yo», a la vida misma, etc..  Este apego, este deseo -y este odio por todo lo que nos impide ese bienestar mundano- es la causa de nuestro sufrimiento. Este conocimiento lo compendió en las Cuatro Verdades Nobles.

No hay que entender el sufrimiento  meramente como aquél estado de padecimiento, dolor o pena, sino como todos aquellos sentimientos de insatisfacción y desasosiego que experimentamos a lo largo de nuestra vida.
Este deseo por lo mundano es, por tanto, la causa de nuestro sufrimiento en la doctrina budista. Si fuésemos plenamente conscientes de la impermanencia de lo mundano y de nuestro «yo«, e incluso de su inexistencia (ver el post sobre la vacuidad y el origen dependiente), no tendríamos ya razones para sentir apego o aversión, eliminando por tanto nuestro deseo y cesando de tal manera nuestro sufrimiento.

De hecho, el budismo va un paso más allá y no pretende solamente el cese de nuestro sufrimiento en esta vida, sino que, anclado en la teoría del renacimiento, considera que una vez iluminados (esto es, una vez alcancemos un estado consciente en el que seamos plenamente conscientes de concebir la realidad como realmente es, deshaciéndonos así de nuestro deseo y nuestro sufrimiento) seremos capaces de escapar del ciclo de existencias sin comienzo ni fin en el que estamos atrapados, denominado Samsara, por lo que no nos veremos obligados a renacer de nuevo en otra vida en la que volvamos a experimentar sufrimiento.

Para finalizar, transcribo dos fragmentos de un sermón recogido en el Majjhima Nikaya pronunciado por el venerable Sariputta, un monje discípulo de Buda, en los que se exponen la Noble Verdad del Sufrimiento y la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento:

<<¿Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Sufrimiento? Pues nacer es sufrir, envejecer es sufrir, morir es sufrir, la pena, el lamento, el dolor, la aflicción, la tribulación son sufrimiento; no conseguir lo que se anhela es sufrimiento, en una palabra, estar sujeto a lo que desagrada es sufrimiento, estar privado de lo que agrada es sufrimiento>>.
<<¿Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento? Es el deseo que produce la repetición de existencias, que conlleva goce y pasión, y goza con esto y aquello, es decir: el deseo de los sentidos, el deseo de existir y el deseo de no existir>>.

Si quieres saber más, como siempre, te recomiendo pasarte por Bosque Theravada o hacerte con una copia de la traducción de Amadeo Solé-Leris y Abraham Vélez de Cea de una selección de sermones del Majjhima Nikaya.
@ElBudaCurioso

Foto: Luigi Anzivino

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Las Cuatro Nobles Verdades https://elbudacurioso.com/2014/03/24/las-cuatro-nobles-verdades/ https://elbudacurioso.com/2014/03/24/las-cuatro-nobles-verdades/#comments Mon, 24 Mar 2014 12:42:58 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=254 El núcleo de la sabiduría transmitida por Buda se compendia en las Cuatro Nobles Verdades, que son las siguientes: Noble Verdad del Sufrimiento: la vida es sufrimiento Noble Verdad del Origen del Sufrimiento: la causa del sufrimiento es el deseo... Seguir leyendo →

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El núcleo de la sabiduría transmitida por Buda se compendia en las Cuatro Nobles Verdades, que son las siguientes:

  1. Noble Verdad del Sufrimiento: la vida es sufrimiento
  2. Noble Verdad del Origen del Sufrimiento: la causa del sufrimiento es el deseo
  3. Noble Verdad del Cesar del Sufrimiento: eliminando el deseo cesa el sufrimiento
  4. Noble Verdad del Camino: el camino para el cese del sufrimiento

El sufrimiento no ha de ser entendido meramente como aquel estado de padecimiento, dolor o pena, sino como todos aquellos sentimientos de insatisfacción y desasosiego que experimentamos a lo largo de nuestra vida.

Como siempre, que quede claro que esto es meramente mi comprensión del budismo y, por tanto, podría estar equivocado. Este otro post sobre el deseo y el sufrimiento complementa lo escrito aquí.

1) Noble Verdad del Sufrimiento: La vida es sufrimiento.

<<¿Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Sufrimiento? Pues nacer es sufrir, envejecer es sufrir, morir es sufrir, la pena, el lamento, el dolor, la aflicción, la tribulación son sufrimiento; no conseguir lo que se anhela es sufrimiento, en una palabra, estar sujeto a lo que desagrada es sufrimiento, estar privado de lo que agrada es sufrimiento>>.

Hay quien acusa al budismo de pesimista por esta primera verdad, pero contra esto hay dos argumentos: primero, la pura realidad fácilmente observable es que en la vida hay sufrimiento, se quiera o no; segundo, se propone una solución para cambiar esta situación, es decir, hay voluntad de superar esa característica negativa de la vida.

Esta primera verdad ha de ser comprendida.

2) Noble Verdad del Origen del Sufrimiento: La causa del sufrimiento es el deseo.

<<¿Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento? Es el deseo que produce la repetición de existencias, que conlleva goce y pasión, y goza con esto y aquello, es decir: el deseo de los sentidos, el deseo de existir y el deseo de no existir>>.

Al no ser plenamente conscientes de la realidad efímera de todo lo mundano, nos apegamos a ello en busca de nuestro bienestar. Pero de lo efímero solo podemos obtener algo efímero. Como ya expliqué en el post sobre el deseo y el sufrimiento, deseamos bienes, estatus, fama, poder, la vida misma, etc.. sin ser conscientes de que lo único que verdaderamente nos aportan es sufrimiento, pues sufrimos mientras buscamos todas estas cosas o ideas, cuando no las conseguimos, con el miedo a perderla cuando ya las hemos conseguido y, por último, cuando desaparecen. Este deseo por lo mundano es, pues, la causa de nuestro sufrimiento.

Esta segunda verdad ha de ser erradicada.

3) Noble Verdad del Cesar del Sufrimiento: Eliminando el deseo cesa el sufrimiento.

<<Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Cesar del Sufrimiento? Es el completo cesar y desapasionarse del deseo, abandonarlo, desasirse de él, liberarse y despegarse de él>>.

Si la vida es sufrimiento y su causa es el deseo, la solución es obvia: hay que eliminar el deseo. Hay quien malinterpreta este punto y se cree que el budismo pretende convertirnos en algo así como una lechuga que ni tiene deseo, ni siente ni padece. Nada más lejos de la realidad: se trata de ser conscientes de nuestra naturaleza y de la naturaleza de todo lo mundano para así pensar y actuar en consecuencia, controlando nuestra mente y nuestras emociones en todo momento, no dejando que éstas sean las que nos controlen.

Esta tercera verdad ha de ser llevada a cabo.

4) Noble Verdad del Camino: El Noble Óctuple Sendero, o el camino para abandonar el sufrimiento.

<<¿Y cuál es, amigos, la Noble Verdad del Camino? Es precisamente el Noble Óctuple Sendero, o sea: la recta opinión, el recto propósito, la recta palabra, la recta conducta, el recto sustentamiento, el recto esfuerzo, la recta atención y la recta concentración>>.

El camino hacia el cese del sufrimiento consta de ocho puntos que debemos practicar en cada momento de nuestra vida. Estos ocho puntos, que no han de ser entendidos como mandamientos, concentran las bases de la sabiduría, moral y concentración necesarias para la eliminación del deseo.
Esta cuarta verdad ha de ser practicada.

A menudo se comparan estas cuatro verdades con la medicina, pues al igual que ésta, emiten un diagnóstico de la enfermedad, reconocen sus causas, establecen la cura y recetan un tratamiento. La enfermedad sería el sufrimiento; la causa sería el deseo; la cura sería la eliminación del deseo; y el tratamiento sería el Noble Óctuple Sendero.

Si quieres saber más, aquí tienes un magnífico y extenso texto sobre las Cuatro Nobles verdades redactado por Ajahn Sumedho. 

* Fragmentos sacados de un sermón, recogido en el Majjhima Nikaya, pronunciado por el venerable Sariputta en el que se exponen las verdades.

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