desapego – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com Blog sobre budismo, meditación, y otros Sat, 26 Sep 2020 13:04:45 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.5.3 https://elbudacurioso.com/wp-content/uploads/2018/12/cropped-7879b-img-photo-art-765828819-32x32.jpg desapego – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com 32 32 Nietzsche y el desapego https://elbudacurioso.com/2014/05/01/nietzsche-y-el-desapego/ https://elbudacurioso.com/2014/05/01/nietzsche-y-el-desapego/#comments Thu, 01 May 2014 08:04:01 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=327 Tenemos que darnos a nosotros mismos nuestras pruebas de que estamos destinados a la independencia y al mando; y hacer esto a tiempo. No debernos eludir nuestras pruebas, a pesar de que acaso sean ellas el juego más peligroso que... Seguir leyendo →

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Tenemos que darnos a nosotros mismos nuestras pruebas de que estamos destinados a la independencia y al mando; y hacer esto a tiempo. No debernos eludir nuestras pruebas, a pesar de que acaso sean ellas el juego más peligroso que quepa jugar y sean, en última instancia, sólo pruebas que exhibimos ante nosotros mismos como testigos, y ante ningún otro juez. No quedar adheridos a ninguna persona: aunque sea la más amada, – toda persona es una cárcel, y también un rincón. No quedar adheridos a ninguna patria: aunque sea la que más sufra y la más necesitada de ayuda, – menos difícil resulta desvincular nuestro corazón de una patria victoriosa. No quedar adheridos a ninguna compasión: aunque se dirigiese a hombres superiores, en cuyo raro martirio y desamparo un azar ha hecho que fijemos nosotros la mirada. No quedar adheridos a ninguna ciencia: aunque nos atraiga hacia sí con los descubrimientos más preciosos, al parecer reservados precisamente a nosotros. No quedar adheridos a nuestro propio desasimiento, a aquella voluptuosa lejanía y extranjería del pájaro que huye cada vez más lejos hacia la altura, a fin de ver cada vez más cosas por debajo de sí: – peligro del que vuela. No quedar adheridos a nuestras virtudes ni convertirnos, en cuanto totalidad, en víctima de cualquiera de nuestras singularidades, por ejemplo de nuestra «hospitalidad»: ése es el peligro de los peligros para las almas de elevado linaje y ricas, las cuales se tratan a sí mismas con prodigalidad, casi con indiferencia, y llevan tan lejos la virtud de la liberalidad que la convierten en un vicio. Hay que saber reservarse: ésta es la más fuerte prueba de independencia.

– F. Nietzsche, Más allá del bien y del mal

Como bien dice Nietzsche en las primeras frases, somos los únicos jueces, a la vez que testigos, de nuestras propias acciones. Nosotros tenemos que demostrarnos nuestro propio control sobre nosotros mismos. Leyéndolo se me vienen a la mente estos versos del Dhammapada (una colección de versos atribuidos al Buda):

No deberíamos considerar los fallos de los demás, ni lo que los otros han hecho o dejado de hacer, sino nuestros propios actos cometidos u omitidos.

Uno mismo es su propio refugio. ¡Qué otro refugio podría haber! Habiéndose controlado a uno mismo, se obtiene un refugio difícil de conseguir.

– Dhammapada, versos 50 y 166, respectivamente.

Prosigue de cómo no hay que quedar adheridos a nada. Bien es vedad que Nietzsche no pretendía con este desapego cosa tan vulgar como la felicidad, sino la pura libertad y la independencia del ser. Aunque no inmediato, su objetivo último era la felicidad, por lo que de nuevo no puedo evitar recordar estos otros versos:

El santo se desapega de todo y no se implica en la avidez sensual. Cuando le alcanza la felicidad o el sufrimiento, con sabiduría no se deja afectar ni por la euforia ni por el abatimiento.

Evita la identificación con lo querido, porque la separación de ello representa dolor; las ataduras no existen para aquel que no hace diferencias entre querido y no querido.

– Dhammapada, versos 83 y 211, respectivamente.

 
Las últimas frases me recuerdan por su parte este otro verso, que bien valdrían, además, para resumir el pasaje entero:

Esta mente voluble e inestable, tan difícil de gobernar, la endereza el sabio como el arquero endereza la flecha.

– Dhammapada, verso 33

 
En Bosque Theravada puedes encontrar esta traducción en español del Dhammapada.
@ElBudaCurioso

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Castillos de arena https://elbudacurioso.com/2014/04/16/simil-castillos-arena/ Wed, 16 Apr 2014 11:16:18 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=407 Unos cuantos niños jugaban en la orilla del río. Construían castillos de arena, y cada uno defendía el suyo: – ¡Este es el mío! -decía cada uno. Vigilaban que nadie pisase ni destrozase su castillo y no toleraban ninguna duda... Seguir leyendo →

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Unos cuantos niños jugaban en la orilla del río. Construían castillos de arena, y cada uno defendía el suyo:

¡Este es el mío! -decía cada uno.

Vigilaban que nadie pisase ni destrozase su castillo y no toleraban ninguna duda acerca de la propiedad de cada. Cuando los castillos estuvieron terminados, un niño pisó el castillo de otro, destrozándolo, por lo que su dueño montó en cólera, tiró al atacante de los pelos, lo golpeó con los puños y gritó:

¡Ha destrozado mis castillo! ¡ Venid todos, vamos a darle su castigo!
Dicho esto, los demás acudieron rápido y golpearon al atacante con palos hasta que este cayó al suelo, donde siguieron dándole patadas por un rato. Luego siguieron jugando cada uno con su castillo, continuando cada cual con la feroz defensa de su propiedad:

¡Este es mío y de nadie más! -decían unos.
¡Fuera de aquí! ¡ No te acerques! -gritaban otros.
¡No se te ocurra tocarlo! -amenazaban otros.

Pero las horas pasaron y se hizo de noche, por lo que todos pensaron que era ya tiempo de volver a casa. Nadie se preocupó más por su castillo: uno caminó por encima del suyo, el otro lo destrozó con las manos, etc.. Cada uno, sin más, se fué a casa, olvidandose por completo de su castillo.


* Yocara Bhumi Sutra, traducción propia.

Este símil se puede aplicar a infinidad de situaciones particulares, y por supuesto a la vida misma en general, pues al igual que esos niños, nos aferramos a nuestros particulares castillos de arena, ya sean nuestro «yo», nuestras posesiones materiales o cualquier otro objeto o idea mundana, a los que nos apegamos y defedemos sin cuestionarnos por un solo momento su verdadera utilidad, y  mucho menos sin planteanos el que tarde o temprano vamos a separanos de ellos.

@ElBudaCurioso

Foto: Joseph Dsilva

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La compasión vista desde un enfoque avanzado https://elbudacurioso.com/2014/04/10/compasion-enfoque-avanzado/ Thu, 10 Apr 2014 06:03:52 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=248 En el anterior post sobre la compasión, quizá pude cometer el error de quedarme en la superficie y no ahondar sobre el verdadero motivo que, según entiendo, explica la compasión de una manera definitiva: el desapego. Puede sonar raro ser... Seguir leyendo →

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En el anterior post sobre la compasión, quizá pude cometer el error de quedarme en la superficie y no ahondar sobre el verdadero motivo que, según entiendo, explica la compasión de una manera definitiva: el desapego.
Puede sonar raro ser compasivo cultivando el desapego, pero como ya dije, la compasión se entiende en el budismo no tanto como el sentimiento de conmiseración y lástima que se siente hacia aquellos que sufren penalidades, sino más bien aquel sentimiento, basado en la razón, de empatía y ecuanimidad hacia todos los seres sintientes. Y de hecho, esa empatía y ecuanimidad se cultiva de la mejor forma mediante una mente imparcial en la que tanto el apego como el desapego se hayan extinguido.
Según la enseñanza de Buda, la causa de nuestro sufrimiento es el deseo o apego que sentimos por lo mundano. Deshaciéndonos de ese apego, eliminamos el sufrimiento.
Se trata de cortar todos los lazos de apego que nos unen con este mundo. Sin apego no hay aflicción ni deseo, ni por tanto, sufrimiento. No habiendo apego, ya no existe la diferenciación entre personas por las que sientes afecto y personas por las que no, pues ni el afecto ni la aversión existen. Quedan ya solamente personas. Nuestra consciencia es plenamente ecuánime, no haciendo ningún tipo de distinción en cuanto a las personas por su origen o condición: no hay familiares, no hay amigos, no hay pareja, no hay enemigos, no hay seres por los que sentimos indiferencia, hay solo seres sintientes. 
Tal y como bien explica 道 en su post sobre Tri-Laksana, la realidad en el budismo se define por tres características: impermanencia, falta de esencia intrínseca (no-yo) y sufrimiento. Estos conceptos, difíciles de explicar, requieren para su comprensión un que el lector los aprehenda por sí mismo de primera mano mediante la meditación de los mismos.
Es más, si vamos un grado más allá y pensamos en lo que el renacimiento supone, ni siquiera quedan personas, sino seres, pues las personas sólo son una parte de estos, ya que podemos renacer en otro plano distinto al humano. ¿Por qué diferenciar entonces entre un animal y una persona? Todos son seres sintientes, pero con diferentes grados de consciencia.
@ElBudaCurioso 

Foto: Cornelia Kopp

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