{"id":638,"date":"2014-06-05T11:28:05","date_gmt":"2014-06-05T10:28:05","guid":{"rendered":"https:\/\/elbudacurioso.com\/?p=638"},"modified":"2020-09-26T13:04:43","modified_gmt":"2020-09-26T13:04:43","slug":"nietzsche-contra-buda-el-yo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/elbudacurioso.com\/2014\/06\/05\/nietzsche-contra-buda-el-yo\/","title":{"rendered":"Nietzsche contra Buda: el Yo"},"content":{"rendered":"

Aunque este art\u00edculo\u00a0va sobre Nietzsche y Buda, perm\u00edtanme que empiece citando, como no pod\u00eda ser de otra manera, a Descartes, el cual dec\u00eda que se puede y se debe dudar de todo, pues para llegar a construir una filosof\u00eda v\u00e1lida hay que deshacerse de cualquier prejuicio que tengamos. Por lo tanto, y si hay que dudar de todo, de lo primero que hay que dudar es del mundo que nos rodea y hasta de\u00a0nuestra propia existencia.
\n\u00bfPero c\u00f3mo construir una filosof\u00eda a partir de tal punto en el que no est\u00e1 claro ni que existamos? Descartes lo solucion\u00f3 con una idea magistral: se puede dudar de todo, del mundo que nos rodea y de la idea\u00a0que tenemos de nosotros mismos, pero de lo \u00fanico que no se puede dudar es de la propia duda, de que pensamos, y por lo tanto,\u00a0existimos c\u00f3mo m\u00ednimo en cuanto sujeto pensante. De ah\u00ed su tan famosa aseveraci\u00f3n: <<Pienso, luego existo>>.<\/p>\n

Pero en seguida advert\u00ed que mientras de este modo quer\u00eda pensar que todo era falso, era necesario que yo, quien lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad: \u00abyo pienso, por lo tanto soy\u00bb era tan firme y cierta, que no pod\u00edan quebrantarla ni las m\u00e1s extravagantes suposiciones de los esc\u00e9pticos, juzgu\u00e9 que pod\u00eda admitirla, sin escr\u00fapulo, como el primer principio de la filosof\u00eda que estaba buscando<\/em>.<\/p>\n

– El discurso del m\u00e9todo, Descartes<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n

\u00bfQui\u00e9n iba a poder rebatir tremenda aseveraci\u00f3n?\u00a0Aunque otros puntos de su discurso no lograban convencerme, \u00bfc\u00f3mo dudar\u00a0de que existo, c\u00f3mo m\u00ednimo, en cuanto sujeto pensante?\u00a0Es imposible, simplemente imposible. Es perfecto: pienso, luego existo.
\nA\u00f1os m\u00e1s tarde top\u00e9\u00a0con Nietzsche, que en apenas dos p\u00e1rrafos derrumb\u00f3\u00a0el \u00abpienso, luego existo\u00bb de tal manera que ya nunca m\u00e1s podr\u00eda ser reconstruido. Cito:<\/p>\n

Aunque el pueblo crea que conocer es un conocer-hasta-el-final, el fil\u00f3sofo tiene que decirse: \u00abcuando yo analizo el proceso expresado en la proposici\u00f3n `yo pienso’ obtengo una serie de aseveraciones temerarias cuya fundamentaci\u00f3n resulta dif\u00edcil, y tal vez imposible, – por ejemplo, que yo soy quien piensa, que tiene que existir en absoluto algo que piensa, que pensar es una actividad y el efecto causado por un ser que es pensado como causa, que existe un \u2018yo\u2019 y, finalmente, que est\u00e1 establecido qu\u00e9 es lo que hay que designar con la palabra pensar, – que yo s\u00e9 qu\u00e9 es pensar. Pues si yo no hubiera tomado ya dentro de m\u00ed una decisi\u00f3n sobre esto, \u00bfde acuerdo con qu\u00e9 apreciar\u00eda yo que lo que acaba de ocurrir no es tal vez `querer’ o `sentir’? En suma, ese `yo pienso’ presupone que yo compare mi estado actual con otros estados que ya conozco en m\u00ed, para de ese modo establecer lo que tal estado es: en raz\u00f3n de ese recurso a un `saber’ diferente tal estado no tiene para m\u00ed en todo caso una `certeza’ inmediata.\u00bb – En lugar de aquella \u00abcerteza inmediata\u00bb en la que, dado el caso, puede creer el pueblo, el fil\u00f3sofo encuentra as\u00ed entre sus manos una serie de cuestiones de metaf\u00edsica, aut\u00e9nticas cuestiones de conciencia del intelecto, que dicen as\u00ed: \u00ab\u00bfDe d\u00f3nde saco yo el concepto pensar? \u00bfPor qu\u00e9 creo en la causa y en el efecto? \u00bfQu\u00e9 me da a m\u00ed derecho a hablar de un yo, e incluso de un yo como causa, y, en fin, incluso de un yo causa de pensamientos?\u00bb<\/em><\/p><\/blockquote>\n

Y prosigue unos renglones despu\u00e9s:<\/p>\n

En lo que respecta a la superstici\u00f3n de los l\u00f3gicos: yo no me cansar\u00e9 de subrayar una y otra vez un hecho peque\u00f1o y exiguo, que esos supersticiosos confiesan de mala gana, – a saber: que un pensamiento viene cuando \u00ab\u00e9l\u00bb quiere, y no cuando \u00abyo\u00bb quiero; de modo que es un falseamiento de los hechos decir: el sujeto \u00abyo\u00bb es la condici\u00f3n del predicado \u00abpienso\u00bb. Ello piensa: pero que ese \u00abello\u00bb sea precisamente aquel antiguo y famoso \u00abyo\u00bb, eso es, hablando de modo suave, nada m\u00e1s que una hip\u00f3tesis, una aseveraci\u00f3n, y, sobre todo, no es una \u00abcerteza inmediata\u00bb. En definitiva, decir \u00abello piensa\u00bb es ya decir demasiado: ya ese \u00abello\u00bb contiene una interpretaci\u00f3n del proceso y no forma parte de \u00e9l. Se razona aqu\u00ed seg\u00fan el h\u00e1bito gramatical que dice \u00abpensar es una actividad, de toda actividad forma parte alguien que act\u00fae, en consecuencia -\u00bb. M\u00e1s o menos de acuerdo con id\u00e9ntico esquema buscaba el viejo atomismo, adem\u00e1s de la \u00abfuerza\u00bb que act\u00faa, aquel pedacito de materia en que la fuerza reside, desde la que act\u00faa, el \u00e1tomo; cabezas m\u00e1s rigurosas acabaron aprendiendo a pasarse sin ese \u00abresiduo terrestre\u00bb, y acaso alg\u00fan d\u00eda se habituar\u00e1 la gente, tambi\u00e9n los l\u00f3gicos, a pasarse sin aquel peque\u00f1o \u00abello\u00bb (a que ha quedado reducido, al volatilizarse, el honesto y viejo yo).<\/em><\/p>\n

– M\u00e1s all\u00e1 del bien y del mal, F. Nietzsche<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n

\u00bfDespu\u00e9s de destruir el \u00abyo\u00bb, qu\u00e9 propone Nietzsche en cambio?<\/strong> El \u00abyo\u00bb para Nietzsche no es m\u00e1s que \u00abuna estructura social de muchas almas<\/em>\u00ab. Es decir, esa unidad imaginaria que definimos como nuestro \u00abyo\u00bb, es en realidad un cuerpo en el que se esconde una multitud de\u00a0instintos y voluntades diferentes, una pluralidad de personalidades en constante tensi\u00f3n, y a esa colectividad encerrada en dicho cuerpo es a la que designamos como \u00abyo\u00bb.
\nAl poco tiempo de adoptar esta nueva forma de ver el \u00abyo\u00bb, comenc\u00e9 mi periplo por el budismo y me top\u00e9 con el concepto de anatta<\/em>, que es una palabra de la lengua pali que significa ausencia de alma, de ego o de un \u00abyo\u00bb perdurable e independiente. Es, junto a la transitoriedad (Anicca) y al sufrimiento (Dukkha), una de las tres caracter\u00edsticas de la realidad seg\u00fan el budismo. Es decir, seg\u00fan este concepto de anatta, no existe nada ni en el conjunto de nuestro cuerpo-conciencia ni en ninguna de sus partes que pueda ser definido permanente e indivisiblemente como nuestro \u00abyo\u00bb, no hay ninguna esencia ni alma, ning\u00fan esp\u00edritu que trascienda nuestro cuerpo.
\nEn el budismo<\/strong>, todo tiene un origen interdependiente, incluido el \u00abyo\u00bb. De nuestro cuerpo, de sus \u00f3rganos perceptivos y de lo que perciben, surge la conciencia, y de esta conciencia surge el \u00abyo\u00bb. Pero dicho \u00abyo\u00bb no es un sujeto real que piensa, sino un mero fen\u00f3meno surgido en interdependencia con nuestras percepciones.
\nAunque pudiera parecer que la postura budista guarda similitudes con\u00a0lo propuesto por\u00a0Descartes, pues el \u00abyo\u00bb surge del pensamiento, de la conciencia, eso ser\u00eda caer en algunos\u00a0de los errores que Nietzsche se\u00f1ala. La mejor manera de ver esto es comparando\u00a0met\u00f3dicamente lo expuesto por Nietzsche con el budismo, dividi\u00e9ndolo en los puntos en los que coinciden, aunque no lo hagan de manera absoluta, con los que no:
\nPuntos similares entre Nietzsche y Buda:<\/p>\n

    \n
  1. El error de suponer que soy yo quien piensa:<\/em> Pensar es la causa y el efecto es el \u00abyo\u00bb, aunque este, una vez creado, tambi\u00e9n tiene capacidad para pensar.<\/li>\n
  2. El error de suponer que tiene que existir algo que piensa:\u00a0<\/em>No hay ning\u00fan \u00abalgo\u00bb que piense, sino que los pensamientos surgen de manera interdependiente con la conciencia y las percepciones.<\/li>\n
  3. El error de suponer que pensar es el efecto de un yo que es a la vez causa y efecto:<\/em>\u00a0ver punto uno.<\/li>\n
  4. El error de suponer que existe un \u00abyo\u00bb:<\/em> El \u00abyo\u00bb es un fen\u00f3meno que surge en interdependencia de otros fen\u00f3menos, y como cualquier fen\u00f3meno, carece de esencia o identidad propia, permanente e indivisible. No hay separaci\u00f3n real entre el \u00abyo\u00bb y lo que es \u00abno-yo\u00bb, sino s\u00f3lo imaginaria.<\/li>\n
  5. El error de suponer que s\u00e9 qu\u00e9 es pensar:<\/em> experimento un conjunto de sensaciones surgidos de mis percepciones, y de estas salen ideas. Pero verdaderamente no s\u00e9 la diferencia entre el pensar, el sentir y el percibir. Creo que se lo que es pensar porque comparo ese estado mental definido como \u00abpensar\u00bb con otros estados surgidos en m\u00ed, pero dicha comparaci\u00f3n\u00a0es s\u00f3lo una idea m\u00e1s de las que surgen en m\u00ed, y puede que no tenga base real.<\/li>\n
  6. El error de suponer que los pensamientos vienen cuando yo quiero:<\/em> al no ser el \u00abyo\u00bb la causa, autom\u00e1ticamente hemos de aceptar que los pensamientos vienen cuando ellos quieren.<\/li>\n
  7. Estructura social de muchas almas:<\/em>\u00a0Ese \u00abyo\u00bb es un conjunto (y un producto) de percepciones, sensaciones e ideas, un conjunto de conciencias en constante tensi\u00f3n.<\/li>\n<\/ol>\n

    Punto discordante entre Nietzsche y Buda:<\/p>\n

      \n
    1. El error de\u00a0creer en la causa y efecto:<\/em>\u00a0aunque respecto a la no causa-efecto del \u00abyo\u00bb coinciden Buda y Nietzsche, en general, la creencia en la causa y efecto es un aspecto clave en el budismo, y sin tal relaci\u00f3n de causa y efecto la mayor\u00eda de axiomas en los que el budismo se basa se derrumbar\u00edan.<\/li>\n<\/ol>\n

      En otras palabras, no soy un sujeto que piensa, sino un mero flujo\u00a0de pensamientos que surgen y desaparecen a su antojo, creando a su paso la ilusi\u00f3n del sujeto. Aunque respecto a esto hay un matiz: aunque los pensamientos vienen cuando ellos quieren tal y como Nietzsche se\u00f1ala, una vez tomamos conciencia de ese \u00abyo\u00bb irreal y del flujo de pensamientos que lo crea, podemos llegar a controlar tal flujo, lo cual puede parecer contradictorio, pues\u00a0\u00bfqui\u00e9n es el que toma conciencia de ese \u00abyo\u00bb, qui\u00e9n es el que controla tal \u00abflujo\u00bb?\u00a0\u00a0La respuesta es ese mismo \u00abyo\u00bb. Deshacernos de la ilusi\u00f3n del \u00abyo\u00bb no significa que ese \u00abyo\u00bb deje de existir, que nuestra conciencia deje de existir, sino que el mismo \u00abyo\u00bb, la misma conciencia, es consciente de su impermanencia y de su naturaleza ireal\u00a0y se observa a s\u00ed mismo en tercera persona, autocontrol\u00e1ndose.
      \nSe que el tema puede resultar un tanto complicado de comprender, sobre todo si se explica de manera tan breve como yo lo he hecho aqu\u00ed y con mi dudosa capacidad de exposici\u00f3n, por lo que intento resumir las conclusiones esquem\u00e1ticamente de la siguiente forma:<\/p>\n