momias budistas – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com Blog sobre budismo, meditación, y otros Sat, 26 Sep 2020 13:04:42 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.5.3 https://elbudacurioso.com/wp-content/uploads/2018/12/cropped-7879b-img-photo-art-765828819-32x32.jpg momias budistas – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com 32 32 Sobre el renacimiento y otros temas https://elbudacurioso.com/2014/08/09/sobre-renacimiento-otros/ https://elbudacurioso.com/2014/08/09/sobre-renacimiento-otros/#comments Sat, 09 Aug 2014 08:54:16 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=893 Este artículo surge a colación del anterior, el curioso caso del monje que no moría, y de las preguntas que he recibido al respecto, en concreto sobre el porqué decide un monje budista auto-momificarse. Antes de seguir, me gustaría dar las... Seguir leyendo →

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Este artículo surge a colación del anterior, el curioso caso del monje que no moría, y de las preguntas que he recibido al respecto, en concreto sobre el porqué decide un monje budista auto-momificarse.
Antes de seguir, me gustaría dar las gracias a Francisco Javier Tostado, culpable indirecto de buena parte de todas esas preguntas y comentarios 🙂
Quizá la explicación que di al final del artículo sobre lo que tal auto-momificación perseguía fue un tanto somera o poco clara, por lo que he recibido varias preguntas y comentarios al respecto. Intento aquí, por tanto, explicar el tema lo más sencillamente posible y siempre según mi visión, la cual puede por supuesto estar equivocada.
La base para comprender lo demás:
Según el budismo, todos los seres estamos atrapados en el Samsara, un ciclo eterno de renacimientos del que sólo podemos escapar alcanzando el Nirvana, la iluminación (1). Hasta que no te ilumines, estarás condenado a vagar por este ciclo de renacimientos, naciendo cada vez con un cuerpo (no necesariamente humano) y condiciones diferentes, todo ello condicionado por el Karma de tus vidas pasadas.
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Además, independientemente de lo bueno que sea tu Karma o de dónde renazcas, una de las características de toda vida es el sufrimiento. Este sufrimiento hay que entenderlo en un sentido amplio de la palabra como cualquier sensación de intranquilidad mental o de desagrado.
Por entendernos, y que me perdonen los eruditos si estoy cometiendo una atrocidad al intentar explicarlo, la iluminación (2) se podría describir como aquél estado en el que hemos cultivado nuestra mente de manera que es capaz de ver la realidad tal y como verdaderamente es, libre de ilusiones y prejuicios. Es decir, que sea plenamente consciente de la impermanencia, del sufrimiento y de la falta de esencia de todo lo surgido.
Una vez iluminados, nos hemos desecho de nuestro ego; y no habiendo ego no hay deseos, no hay apego; y no habiendo deseos, no hay sufrimiento; al no haber ego, ni deseo ni sufrimiento, estamos iluminados y quedamos libres del Samsara y de todo lo que supone: renacimiento y sufrimiento. Aunque todo esto quizá se entienda mejor viendo el budismo en un gráfico.
Una vez iluminados, nos liberamos del sufrimiento, escapamos del Samsara. ¿Pero y qué pasa con el resto de seres?
Aquí puede estar la clave de la cuestión. Nosotros hemos conseguido iluminarnos y escapar del sufrimiento, pero ¿qué pasa con los demás? Ellos siguen atrapados ahí, y la inmensa mayoría ni siquiera saben que tienen una salida. Si una de las enseñanzas de Buda es la compasión, ¿no habría que ponerla en práctica y usar nuestra iluminación para ayudarles?
En el budismo hay varias tradiciones, pero las dos principales son la Theravada y la Mahayana. Aunque todas se basan en la palabra de Buda, cada una da más importancia a algunos conceptos que a otros, además de interpretar de manera un tanto diferente algunos de estos.
En la tradición Theravada, aunque la compasión es un concepto muy importante, el énfasis se pone en la autosalvación. Nadie puede hacerlo por nosotros, sino que somos los únicos responsables de nuestra liberación. En vida hemos de cultivar la compasión, pero esta no se puede convertir en un impedimento para nuestra iluminación.
En la tradición Mahayana y otras similares, el énfasis se pone en la compasión. En dichas tradiciones, aquellos embarcados en el camino del Buda, y que reciben el nombre de bodhisativa, hacen el voto de permanecer en este ciclo de renacimientos con el objetivo de ayudar al resto de seres atrapados en él. El objetivo principal es ayudar primero a al resto de seres a liberarse del sufrimiento, postergando así la propia iluminación definitiva. Lo único que no queda del todo claro al respecto es si el bodhisativa busca iluminarse y volver renacer voluntariamente una vez iluminado o si rechaza iluminarse por completo para así no poder escapar del ciclo de renacimientos.
He dicho que «aquí puede estar la clave de la cuestión» porque quizá guarde alguna relación el ideal del bodhisativa y lo de momificarse, aunque esto lo explico más adelante.
¿Cómo que nos liberamos? ¿A dónde va nuestra alma entonces? 
En el budismo no hay alma, o al menos no entendida en el sentido cristiano de la palabra como algo infinito, indestructible y divino. Por describirlo de alguna manera, digamos que para el budismo la conciencia es el alma, pero como todo, esta tiene un surgir y un cesar. La mera muerte del cuerpo no supone el cese de la consciencia, sino que para que esta cese hay además que alcanzar el Nirvana.
¿Pero existe de verdad eso del Samsara, Karma y demás? ¿Cómo demostrarlo? ¿Hay que creer en ello y punto?
En mi opinión, y por sacrílego que les parezca a algunos, se puede estar en perfecta comunión con el camino del Buda sin creer en el Samsara, el Karma u otros conceptos similares. Al fin y al cabo, Buda era el pragmatismo hecho persona, y sus enseñanzas se basaban en poner fin al sufrimiento en esta vida, punto.
En propias palabras de Buda, discutir sobre todo aquello que no nos condujese a la liberación del sufrimiento supondría:

«Enredarse en la maraña de las opiniones, el yermo de las opiniones, el enredo de las opiniones, el lío de las opiniones, la traba de las opiniones, lo que conlleva sufrimiento, ansia, tribulación y excitación, no conduce al desengaño, al desapasionamiento, a la cesación, a la paz, al conocimiento superior, a la iluminación, al Nibbana […] No es provechoso para el objetivo, no es fundamental para la vida de santidad, no conduce al desengaño, al desapasionamiento, a la cesación, al apaciguamiento, al conocimiento superior, a la iluminación, al Nibbana, por eso no lo he explicado.»
– Sermón sobre el fuego a Vachagotta, Majjhima Nikaya. 

Pero entonces, ¿por qué se momificaban?
Como ya dije en el anterior artículo, para algunas formas de budismo nuestra conciencia pasa por cuatro etapas dentro de este ciclo de renacimientos: la etapa de la vida; la etapa de la muerte; la etapa entre la muerte y nuestro siguiente renacimiento; y la etapa del renacimiento.
En la etapa que transcurre entre la muerte de nuestro cuerpo actual y nuestro siguiente renacimiento, nuestra conciencia sigue de alguna manera dentro del cuerpo durante un corto periodo después del fallecimiento de éste, pero ya no está limitada por los sentidos que el cuerpo le proporciona, por lo cual dispone de unas condiciones más propicias para alcanzar la iluminación.
(A partir de aquí son puras especulaciones mías)
Si se consigue mantener el cuerpo en buen estado, o que este «no muera del todo», quizá se alargue el tiempo que nuestra conciencia dispone de tales condiciones propicias para alcanzar la iluminación. El objetivo real sería el intentar que nuestro cuerpo no llegase por completo a morir, sino que entrase en un estado de anabiosis o algo por el estilo.
Y si el cuerpo no llega por completo a morir, aunque se alcance la iluminación, la conciencia no dejaría este mundo, no escaparía al Samsara, por lo que podríamos permanecer aquí para ayudar de alguna manera al resto de seres. Sería una solución para los bodhisativa antes mencionados, es decir, para los que han hecho el voto de ayudar al resto de seres antes de escapar ellos mismos del Samsara.
¿Pero cómo ayudar a los demás dentro de un cuerpo momificado? Hay que tener en cuenta que algunas tradiciones del budismo son bastante místicas, por lo que buscar una explicación racional quizá sea en vano. El mero hecho de que el cuerpo de alguien iluminado siga presente y sin descomponer puede que traiga algún beneficio a sus seguidores. Precisamente esto era lo que pretendían los Sokushinbutso, también mencionados en el artículo, alcanzar la budeidad tras la muerte pero quedarse en el mundo para ayudar a su pueblo. Pero repito, al fin y al cabo todo esto son puras especulaciones mías.
O también, y mirado desde un punto de vista más escéptico, hay que saber que por muy budistas que fuesen, todas esas momias eran personas y como tanto, imperfectas y sujetas al ego, por lo que puede que quizá algunas solo buscasen impermanencia o fama y nada más.

Como he dicho al principio, todo esto no es más que mi visión del tema y puede, por tanto, estar equivocada. Si tienes otra opinión o alguna duda, no dudes en usar los comentarios 🙂
Fuentes, además de las ya citadas en el anterior artículo:


Otras notas:
1. Sobre lo que el Nirvana es: «El Nirvana es la liberación del sufrimiento inherente en la existencia (primera Noble Verdad) mediante la eliminación del deseo y del apego (segunda Noble Verdad) gracias a la percepción correcta de la realidad». -Majjhima Nikaya, Los sermones medios del Buddha, pag. 30-31, de Amadeo Solé-Leris y Abrahan Lopez de Cea.
2. Sobre explicar el Nirvana: «El problema consiste en que el Nirvana es algo que pertenece a la categoría de la pura experiencia y no es reducible a las categorías lógicas y discursivas que utilizamos para razonar y comunicarnos. Es como tratar de explicar el sabor del azúcar, por ejemplo, a alguien que no lo ha gustado nunca. Por consiguiente, todo esfuerzo por conceptualizar el Nirvana no sólo está de antemano condenado al fracaso, sino que no hace más que deformarlo, abriendo la puerta a interpretaciones arbitrarias condicionadas por el bagaje cultural o las convicciones religiosas de los que las formulan». -Majjhima Nikaya, Los sermones medios del Buddha, pag. 30-31, de Amadeo Solé-Leris y Abrahan Lopez de Cea.
@ElBudaCurioso

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En el año 1927, a la edad de 75, el Lama Itigilov entró en un estado de meditación profunda y dejó de respirar. 47 años después, tras su segunda exhumación, el cuerpo apenas presentaba signos de descomposición. Sus seguidores lo tenían claro: el lama no había muerto, sino que se encontraba en un profundo estado de meditación. ¿Pero es esto posible?
Vayamos un poco más atrás:
El Lama Itigilov, o Dashi-Dorzo Itigilov, nació en Rusia en el año 1852, donde empezó su instrucción religiosa a la edad de 16, convirtiéndose en las últimas décadas de su vida en un prominente líder espiritual. En el año 1927 pidió a otros lamas que iniciaran los ritos funerarios típicos con su cuerpo, a lo cual se negaron ya que el respetado lama seguía vivo. Itigilov comenzó a meditar sólo hasta que dejó de respirar. Dado por muerto, fue enterrado según su voluntad: en una caja de pino y en la posición en la que había muerto, la flor de loto. Todo eso eran deseos expresados en su testamento, en el cual se incluía otro curioso deseo: su cuerpo debería ser exhumado algunos años más tarde por otros monjes budistas.
La exhumación no se produjo hasta 1955 por primera vez y 1973 por segunda vez, es decir, 28 y 47 años respectivamente después de su muerte. En ambos casos, los monjes apenas apreciaron descomposición en el cadáver del lama, por lo que consideraron que no había muerto, sino que se encontraba vivo en un estado profundo de meditación. Debido a las restricciones religiosas de la Unión Soviética, los monjes mantuvieron el caso en secreto.
El 11 de septiembre de 2002 el cuerpo volvió a ser exhumado en presencia de algunos líderes budistas así como de algunos científicos y expertos en la materia. Y aquí empiezan las controversias y las diferentes teorías acerca del caso..
Cadaver del Lama Itigilov

Cadaver del Lama Itigilov


Teorías:
Para algunos de sus seguidores, como ya he dicho, el caso estaba claro: Itigilov no ha muerto, sino que se encuentra en un estado de meditación profunda.
Para el Dr. Victor Zvyagin, físico forense que analizó el cuerpo tras su última exhumación, aunque si bien no tenía ninguna duda de que Itigilov estaba muerto, llegó a la conclusión de que algunas características que su cadáver presentaban eran desconcertantes. En sus propias palabras, a pesar de llevar tantos años muerto, su cadáver se correspondía al de alguien que hubiese fallecido doce horas antes.
Para la profesora Galina Yershova, de la Russian State University for the Humanities, Itigilov no había muerto, sino que había dejado el mundo entrando en otro estado, el de la anabiosis, un estado temporal de latencia por desecación.
Para algunos, el cuerpo fue enterrado en sal, o bien se usó cualquier otro agente químico para protegerlo. Para lo de la sal, la teoría se fundamenta principalmente en una foto que muestra el pecho del cadáver y en el cual se aprecian signos del uso de la sal como agente conservante del cuerpo. Un informe de Al Jazeera también indica que el cuerpo, al menos desde su segunda exhumación en 1973, ha sido conservado en sal. En contra, las declaraciones del Dr. Victor Zvyagin, el cual afirma que no se hay signos del uso de la sal ni de cualquier otro elemento químico, ni fuera ni dentro del cadáver.
Para Brian Dunning y la Skeptic Society, sólo se trata de un buen truco perpetrado por el propio lama. Se sabe de Itigilov que tenía estudios de medicina y que había escrito incluso un libro de farmacología. Se sabe, también, que ya había antecedentes de lamas auto-momificados. Según Brian Dunning, un patólogo presente en el análisis del cadáver afirmó haber encontrado altos niveles de sales de bromo, una sustancia química usada para conservar la carne. Su teoría, por tanto, es que el propio Itigilov, basándose en sus propios conocimientos de medicina y farmacología, consumió en secreto suficiente sal de bromo durante sus últimos días de vida de manera que el cuerpo se conservara «por arte de magia» tras su muerte. La conexión entre los conocimientos de Itigilov, los antecedentes de otros lamas y los curiosos deseos expresados en el testamento de Itigilov estaba clara.
¿Pero hay más antecedentes o casos como este?
Los Sokushinbutso:
Como ha ye dicho anteriormente, en la propia tradición del Lama Itigilov ya había antecedentes de Lamas momificados tras su muerte. De hecho, podemos encontrar una enorme lista de casos en la Wikipedia en inglés bajo el artículo Buddhist mummies.
Aunque el caso más curioso lo obtenemos, como no podía ser de otra manera, de Japón, donde algunos siglos atrás unos monjes budistas de la forma del Budismo Shugendo pretendían alcanzar el estado de budeidad en vida provocándose la automomificación mediante una técnica un tanto curiosa llamada Sokushinbutso. Además de seguir estrictamente una dieta consistente en mucho ejercicio, semillas y frutos secos con el objetivo de perder grasa corporal, consumían un te venenoso que perseguía un doble objetivo: el de la pérdida de líquidos mediante el vómito que les provocaba; y que el cuerpo no fuese presa de los gusanos tras su muerte debido al veneno acumulado en él.
Pero, ¿por qué?
Según algunas formas de budismo, la muerte no es más que otro estado mental, algo así como un estadio intermedio entre nuestra conciencia actual y la de nuestro siguiente renacimiento. En este estadio intermedio se nos ofrecen las condiciones mas propicias para alcanzar la iluminación.
Supongo que lo que pretendían todos estos monjes momificados era precisamente eso, el alargar lo máximo posible el estadio entre la muerte y el próximo renacimiento, de manera que tuviesen suficiente tiempo para alcanzar la iluminación.
El ejemplo más claro de esto lo encontramos en las enseñanzas de el Bardo Thodol o Libro Tibetano de los muertos, en el cual se pretende guiar al moribundo a través de sus últimos instantes con vida y a alcanzar la iluminación en un breve periodo de tiempo tras la muerte.
Edito: aquí lo explico algo más detalladamente, Sobre el renacimiento y otros temas.

Fuentes:

Nota del autor: por más que he buscado, no he conseguido encontrar el informe de Al Jazeera.
@ElBudaCurioso

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