El libro tibetano de la vida y la muerte – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com Blog sobre budismo, meditación, y otros Sat, 26 Sep 2020 13:04:43 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.5.3 https://elbudacurioso.com/wp-content/uploads/2018/12/cropped-7879b-img-photo-art-765828819-32x32.jpg El libro tibetano de la vida y la muerte – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com 32 32 El curioso caso del monje que no moría https://elbudacurioso.com/2014/08/06/monje-budista-momificado/ https://elbudacurioso.com/2014/08/06/monje-budista-momificado/#comments Wed, 06 Aug 2014 10:05:16 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=879 En el año 1927, a la edad de 75, el Lama Itigilov entró en un estado de meditación profunda y dejó de respirar. 47 años después, tras su segunda exhumación, el cuerpo apenas presentaba signos de descomposición. Sus seguidores lo tenían claro:... Seguir leyendo →

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En el año 1927, a la edad de 75, el Lama Itigilov entró en un estado de meditación profunda y dejó de respirar. 47 años después, tras su segunda exhumación, el cuerpo apenas presentaba signos de descomposición. Sus seguidores lo tenían claro: el lama no había muerto, sino que se encontraba en un profundo estado de meditación. ¿Pero es esto posible?
Vayamos un poco más atrás:
El Lama Itigilov, o Dashi-Dorzo Itigilov, nació en Rusia en el año 1852, donde empezó su instrucción religiosa a la edad de 16, convirtiéndose en las últimas décadas de su vida en un prominente líder espiritual. En el año 1927 pidió a otros lamas que iniciaran los ritos funerarios típicos con su cuerpo, a lo cual se negaron ya que el respetado lama seguía vivo. Itigilov comenzó a meditar sólo hasta que dejó de respirar. Dado por muerto, fue enterrado según su voluntad: en una caja de pino y en la posición en la que había muerto, la flor de loto. Todo eso eran deseos expresados en su testamento, en el cual se incluía otro curioso deseo: su cuerpo debería ser exhumado algunos años más tarde por otros monjes budistas.
La exhumación no se produjo hasta 1955 por primera vez y 1973 por segunda vez, es decir, 28 y 47 años respectivamente después de su muerte. En ambos casos, los monjes apenas apreciaron descomposición en el cadáver del lama, por lo que consideraron que no había muerto, sino que se encontraba vivo en un estado profundo de meditación. Debido a las restricciones religiosas de la Unión Soviética, los monjes mantuvieron el caso en secreto.
El 11 de septiembre de 2002 el cuerpo volvió a ser exhumado en presencia de algunos líderes budistas así como de algunos científicos y expertos en la materia. Y aquí empiezan las controversias y las diferentes teorías acerca del caso..
Cadaver del Lama Itigilov

Cadaver del Lama Itigilov


Teorías:
Para algunos de sus seguidores, como ya he dicho, el caso estaba claro: Itigilov no ha muerto, sino que se encuentra en un estado de meditación profunda.
Para el Dr. Victor Zvyagin, físico forense que analizó el cuerpo tras su última exhumación, aunque si bien no tenía ninguna duda de que Itigilov estaba muerto, llegó a la conclusión de que algunas características que su cadáver presentaban eran desconcertantes. En sus propias palabras, a pesar de llevar tantos años muerto, su cadáver se correspondía al de alguien que hubiese fallecido doce horas antes.
Para la profesora Galina Yershova, de la Russian State University for the Humanities, Itigilov no había muerto, sino que había dejado el mundo entrando en otro estado, el de la anabiosis, un estado temporal de latencia por desecación.
Para algunos, el cuerpo fue enterrado en sal, o bien se usó cualquier otro agente químico para protegerlo. Para lo de la sal, la teoría se fundamenta principalmente en una foto que muestra el pecho del cadáver y en el cual se aprecian signos del uso de la sal como agente conservante del cuerpo. Un informe de Al Jazeera también indica que el cuerpo, al menos desde su segunda exhumación en 1973, ha sido conservado en sal. En contra, las declaraciones del Dr. Victor Zvyagin, el cual afirma que no se hay signos del uso de la sal ni de cualquier otro elemento químico, ni fuera ni dentro del cadáver.
Para Brian Dunning y la Skeptic Society, sólo se trata de un buen truco perpetrado por el propio lama. Se sabe de Itigilov que tenía estudios de medicina y que había escrito incluso un libro de farmacología. Se sabe, también, que ya había antecedentes de lamas auto-momificados. Según Brian Dunning, un patólogo presente en el análisis del cadáver afirmó haber encontrado altos niveles de sales de bromo, una sustancia química usada para conservar la carne. Su teoría, por tanto, es que el propio Itigilov, basándose en sus propios conocimientos de medicina y farmacología, consumió en secreto suficiente sal de bromo durante sus últimos días de vida de manera que el cuerpo se conservara «por arte de magia» tras su muerte. La conexión entre los conocimientos de Itigilov, los antecedentes de otros lamas y los curiosos deseos expresados en el testamento de Itigilov estaba clara.
¿Pero hay más antecedentes o casos como este?
Los Sokushinbutso:
Como ha ye dicho anteriormente, en la propia tradición del Lama Itigilov ya había antecedentes de Lamas momificados tras su muerte. De hecho, podemos encontrar una enorme lista de casos en la Wikipedia en inglés bajo el artículo Buddhist mummies.
Aunque el caso más curioso lo obtenemos, como no podía ser de otra manera, de Japón, donde algunos siglos atrás unos monjes budistas de la forma del Budismo Shugendo pretendían alcanzar el estado de budeidad en vida provocándose la automomificación mediante una técnica un tanto curiosa llamada Sokushinbutso. Además de seguir estrictamente una dieta consistente en mucho ejercicio, semillas y frutos secos con el objetivo de perder grasa corporal, consumían un te venenoso que perseguía un doble objetivo: el de la pérdida de líquidos mediante el vómito que les provocaba; y que el cuerpo no fuese presa de los gusanos tras su muerte debido al veneno acumulado en él.
Pero, ¿por qué?
Según algunas formas de budismo, la muerte no es más que otro estado mental, algo así como un estadio intermedio entre nuestra conciencia actual y la de nuestro siguiente renacimiento. En este estadio intermedio se nos ofrecen las condiciones mas propicias para alcanzar la iluminación.
Supongo que lo que pretendían todos estos monjes momificados era precisamente eso, el alargar lo máximo posible el estadio entre la muerte y el próximo renacimiento, de manera que tuviesen suficiente tiempo para alcanzar la iluminación.
El ejemplo más claro de esto lo encontramos en las enseñanzas de el Bardo Thodol o Libro Tibetano de los muertos, en el cual se pretende guiar al moribundo a través de sus últimos instantes con vida y a alcanzar la iluminación en un breve periodo de tiempo tras la muerte.
Edito: aquí lo explico algo más detalladamente, Sobre el renacimiento y otros temas.

Fuentes:

Nota del autor: por más que he buscado, no he conseguido encontrar el informe de Al Jazeera.
@ElBudaCurioso

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El libro tibetano de la vida y de la muerte https://elbudacurioso.com/2014/06/21/libro-tibetano-vida-muerte/ https://elbudacurioso.com/2014/06/21/libro-tibetano-vida-muerte/#comments Sat, 21 Jun 2014 08:24:03 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=706 «El descubrimiento todavía revolucionario del budismo es que la vida y la muerte están en la mente, y en ningún otro lugar». -Sogyal Rimpoché Acabo de terminar de leer El libro tibetano de la vida y de la muerte, de... Seguir leyendo →

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«El descubrimiento todavía revolucionario del budismo es que la vida y la muerte están en la mente, y en ningún otro lugar». -Sogyal Rimpoché

Acabo de terminar de leer El libro tibetano de la vida y de la muerte, de Sogyal Rimpoché y la verdad es que me ha dejado bastante «tocado». Aunque, tal y como ya he escrito alguna vez, el esoterismo del budismo tibetano me sigue repeliendo un poco, disfruto enormemente leyendo a maestros de dicha tradición, y leer esta magnífica obra de Sogyal Rimpoché no ha sido para nada una excepción.

El libro es una especie de ampliación del famoso Bardoo Thodol, conocido en español como El libro tibetano de los muertos,  una guía en la que se dan instrucciones para alcanzar la iluminación durante el periodo inmediato posterior a la muerte. Sogyal Rimpoché lo explica de la siguiente manera:

Desde el punto de vista budista, la vida y la muerte son un todo único, en el cual la muerte es el comienzo de otro capítulo de la vida. La muerte es un espejo en el que se refleja todo el sentido de la vida. Esta idea es fundamental en las enseñanzas de la escuela más antigua del budismo tibetano. Muchos de ustedes habrán oído hablar del Libro tibetano de los muertos. Lo que pretendo hacer en este libro es explicar y ampliar el Libro tibetano de los muertos, tratar no sólo de la muerte sino también de la vida, exponer en detalle toda la enseñanza de la que el Libro tibetano de los muertos sólo es una parte.

El libro, destinado para todos los públicos indiferentemente de su religión o grado de espiritualidad, se puede dividir en dos partes, la psicológica y la esotérica (por definirlas de alguna manera), siendo a veces difícil diferenciarlas.
En la parte psicológica el pragmatismo es la nota predominante, con numerosos y valiosos consejos acerca de cómo enfrentarnos tanto a la muerte propia como a la de otros seres, cómo actuar en todo el proceso, cómo facilitarnos y facilitarles a los demás el trance, como ayudar a los moribundos a encontrar una muerte tranquila, etc.. habla también, entre muchos otros temas, de cómo la ciencia médica y la sociedad en general debería enfrentarse a la muerte con la psicología/espiritualidad que esta se merece.
Lo primero que intenta hacer el autor en dicha primera parte es convencernos de la importancia de entrar en contacto con nosotros mismos, de tomar conciencia de la impermanencia de la vida y de buscarle un sentido a la misma:

La mayoría vivimos así; vivimos según un plan preestablecido. Pasamos la juventud educándonos. Luego buscamos un trabajo, conocemos a alguien, nos casamos y tenemos hijos. Compramos una casa, procuramos que nuestro negocio tenga éxito, intentamos realizar sueños, como tener una casa de campo o un segundo automóvil. Nos vamos de vacaciones con nuestras amistades. Hacemos proyectos para la jubilación. Los mayores dilemas que algunos de nosotros hemos de enfrentar son dónde pasar las próximas vacaciones o a quién invitar por Navidad. Nuestra vida es monótona, mezquina y repetitiva, desperdiciada en la persecución de lo banal, porque al parecer no conocemos nada mejor.
El ritmo de nuestra vida es tan acelerado que lo último en que se nos ocurriría pensar es en la muerte. Sofocamos nuestro miedo secreto a la impermanencia rodeándonos de más y más bienes, de más y más cosas, de más y más comodidades, hasta que nos vemos convertidos en sus esclavos. Necesitamos todo nuestro tiempo y toda nuestra energía simplemente para mantenerlos. Nuestra única finalidad en la vida pronto se convierte en conservarlo todo tan seguro y a salvo como sea posible. Cuando se produce algún cambio, buscamos el remedio más rápido, alguna solución ingeniosa y provisional. Y así, a la deriva, va pasando nuestra vida hasta que una enfermedad grave u otra calamidad nos saca de nuestro estupor.
Por otra parte, no es que dediquemos mucho tiempo ni mucha reflexión a esta vida, tampoco. Piense en esas personas que trabajan durante años y luego tienen que retirarse, sólo para descubrir que no saben qué hacer con su vida a medida que envejecen y se acerca la muerte. Aunque mucho hablamos de ser prácticos, ser práctico en Occidente significa ser miopes, muchas veces necia o egoístamente. Nuestra miope concentración en esta vida, y sólo en esta vida, es el gran engaño, el origen del sombrío y destructivo materialismo del mundo moderno. No se habla de la muerte ni se habla de la vida tras la muerte porque se hace creer a la gente que hablar de estas cosas sólo sirve para estorbar nuestro «progreso» en el mundo.

Dentro de esta parte, cabe hacer una mención especial al apéndice 2, en el cual se reflexiona sobre diversos temas  siempre polémicos como la eutanasia, el aborto y el suicidio.
En cuanto a la otra parte, la esotérica, se adentra en la descripción del proceso de morir según el budismo tibetano, lo cual incluye tan altos grados de esoterismo y misticismo que a más de uno le darán ganas de cerrar el libro. Yo por lo general soy uno de esos, pero aun así he seguido leyendo con la mente lo más abierta posible. Aun así, estoy seguro que a muchas de esas aclaraciones místicas se le puede encontrar alguna explicación con base científica, pero no es el objeto del post el discutir tal asunto.
En dicha parte se describen detalladamente los estados que nuestra conciencia atraviesa durante cada una de cuatro etapas de nuestro paso por el Samsara: la vida, la muerte, después de la muerte y el renacimiento. No sólo se detallan, sino que se dan instrucciones para como interactuar nosotros y ayudar a los moribundos a que interactuen con ellas.
En fin, un libro muy interesante, sea cual sea tu orientación espiritual o incluso si careces de ella por completo, escrito con un estilo muy directo, sencillo y ameno.

Puedes adquirir el libro en librosbudistas.com o en Casadellibro.com (16’25€). También se puede encontrar en Internet de manera gratuita, sólo hay que buscar un poco en Google. No me arriesgo a poner los enlaces aquí, pues no creo que sea muy legal :/
@ElBudaCurioso

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