Hermann Hesse – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com Blog sobre budismo, meditación, y otros Sat, 26 Sep 2020 13:04:46 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.5.3 https://elbudacurioso.com/wp-content/uploads/2018/12/cropped-7879b-img-photo-art-765828819-32x32.jpg Hermann Hesse – El Buda Curioso https://elbudacurioso.com 32 32 El lobo, cuento breve de H. Hesse https://elbudacurioso.com/2014/10/16/el-lobo-cuento-breve-de-h-hesse/ https://elbudacurioso.com/2014/10/16/el-lobo-cuento-breve-de-h-hesse/#comments Thu, 16 Oct 2014 07:44:42 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=871 Transcribo a continuación un breve cuento casi desconocido de Hermann Hesse: Nunca en las montañas francesas había habido un invierno tan terriblemente largo y frío. Desde hacía semanas, el aire era claro y helado. De día, los grandes glaciares inclinados... Seguir leyendo →

The post El lobo, cuento breve de H. Hesse appeared first on El Buda Curioso.

]]>
Transcribo a continuación un breve cuento casi desconocido de Hermann Hesse:

Nunca en las montañas francesas había habido un invierno tan terriblemente largo y frío. Desde hacía semanas, el aire era claro y helado. De día, los grandes glaciares inclinados se extendían infinitos y de un blanco mate bajo el cielo de un color azul muy vivo; de noche, la luna, clara y pequeña, pasaba por encima de ellos; una luna gélida, de un brillo amarillento, cuya luz intensa adquiría tonos azules y broncos en la nieve, y parecía la personificación misma de la helada. Los hombres evitaban todos los caminos, y especialmente las cumbres; ateridos y maldicientes, permanecían en las cabañas de sus aldeas, cuyas ventanas, enrojecidas, brillaban y se extinguían pronto, por la noche, de un modo turbio y humoso, junto a la luz azulada de la luna.

Eran tiempos difíciles para los animales de la región. Los más pequeños perecían helados en gran cantidad; también los pájaros sucumbían a la helada, y los flacos cadáveres servían de botín a los azores y a los lobos. Pero también éstos pasaban tremendas penalidades a causa del frío y el hambre. Sólo unas pocas familias de lobos habitaban el lugar, y la necesidad los empujó a estrechar los vínculos. Se pasaron días andando solos. Aquí y allá, uno de ellos avanzaba por la nieve, flaco, hambriento y al acecho, silencioso y esquivo como un fantasma. Su delgada sombra se deslizaba junto a él por la nevada superficie. Tendía al viento, husmeando, su hocico puntiagudo, y dejaba oír de vez en cuando un aullido seco y atormentado. Pero por la noche se juntaban todos y rodeaban las aldeas con roncos aullidos. En ellas, el ganado y las aves de corral estaban a buen recaudo, y, tras los sólidos postigos, había carabinas apoyadas en la pared. Pocas veces obtenían un pequeño botín, por ejemplo, un perro, y habían sido ya abatidos dos miembros de la manada.

El frío persistía. A menudo, los lobos yacían juntos, silenciosos y ensimismados, dándose calor unos a otros, y acechaban ansiosos el yermo sin vida, hasta que uno, atormentado por los crueles martirios del hambre, saltaba de pronto con tremendos aullidos. Los demás volvían entonces sus hocicos hacia él y estallaban todos juntos en un alarido terrible, amenazador y plañidero.

Finalmente, la parte más pequeña de la manada se decidió a emigrar. De madrugada, abandonaron sus guaridas, se reunieron y, llenos de miedo y excitación, husmearon el aire helado. Luego partieron con un trote rápido y regular. Los que se quedaban los siguieron con unos ojos muy abiertos y vidriosos, trotaron tras ellos algunas decenas de pasos, se detuvieron indecisos y desconcertados, y regresaron lentamente a las guaridas vacías.

Los emigrantes se separaron al llegar el mediodía. Tres de ellos se dirigieron al Este, hacia el Jura suizo, y los demás continuaron hacia el Sur. Los tres primeros eran unos animales hermosos y fuertes, pero terriblemente enflaquecidos. El vientre estrecho y de color claro era delgado como una correa; las costillas sobresalían de un modo lamentable; las fauces estaban secas, y los ojos, abiertos y desesperados. Los tres penetraron juntos en el Jura, y al segundo día cobraron un carnero; al tercer día, un perro y un potro; pero se vieron acosados furiosamente por todas partes por la población campesina. En la comarca, abundante en pueblecitos y pequeñas ciudades, cundió el pánico ante aquellos intrusos inesperados. Los trineos del correo fueron armados, y nadie podía ir de un pueblo a otro sin fusil. En la región desconocida, después de un botín tan bueno, los tres animales se sentían a la vez cómodos y amedrentados; se volvieron más temerarios que nunca y penetraron en pleno día en el establo de una hacienda. Bramidos de vacas, de caballos y jadeos anhelantes llenaron el espacio cálido y angosto. Pero esta vez hubo gente que intervino. Se puso precio a los lobos y esto redobló el valor de los campesinos. Dos de ellos sucumbieron; uno con el cuello atravesado por una bala de un fusil; el otro, abatido a hachazos. El tercero escapó y corrió hasta caer medio muerto en la nieve.

Era el más joven y hermoso de los lobos, una bestia orgullosa, de enorme fuerza y formas esbeltas. Permaneció largo tiempo jadeante en el suelo. Círculos de un rojo sangriento flotaban en remolino ante sus ojos, y de vez en cuando lanzaba un doloroso gemido sibilante. Un hachazo le había alcanzado el lomo. Pero se recuperó y pudo volver a levantarse. Sólo entonces se dio cuenta de lo mucho que se había alejado. No se veían seres humanos ni edificios por parte alguna.

Muy cerca se alzaba una gran montaña cubierta de nieve. Era el Chasseral. Decidió rodearla. Como le atormentaba la sed arrancó pequeños bocados de la dura costra helada de la nevada superficie.

Al otro lado de la montaña se encontró en seguida con una aldea. Caía la noche. Esperó en un espeso bosque de abetos. Después se deslizó con precaución alrededor de los vallados, siguiendo el olor a establos calientes.

No había nadie en la calle. Con temor y codicia, anduvo parpadeando por entre las casas. Sonó un disparo. Levantaba la cabeza y tomaba impulso para echar a correr, cuando estalló un segundo disparo. Le había alcanzado. Su vientre blanquecino aparecía manchado de sangre en uno de los flancos, y la sangre caía en gruesas gotas persistentes. No obstante, consiguió escapar a grandes saltos y alcanzar el bosque del otro lado de la montaña. Allí esperó unos instantes al acecho y oyó voces levantó los ojos hacia la montaña. Era escarpada, boscosa y de difícil ascenso. Pero no había otra alternativa. Jadeante, abajo, una confusión de blasfemias, órdenes y luces de linternas se extendía a lo largo de la montaña. El lobo herido se enfilaba tembloroso a través del bosque de abetos en la penumbra, mientras la sangre parduzca iba goteando lentamente de su flanco.

El frío había disminuido. Al Oeste, el cielo aparecía vaporoso y parecía anunciar una nevada.

Al fin, el agotado animal llegó a la cumbre. Estaba sobre una gran extensión nevada, ligeramente inclinada, cerca del Mont Crosin, muy por encima de la aldea de la que había escapado. No tenía hambre, pero sentía un dolor persistente y apagado que le venía de la herida. Un ladrido ronco y enfermizo salía de su hocico colgante; el corazón le palpitaba de un modo pesado y doloroso, y sentía la mano de la muerte oprimiéndole como una carga indeciblemente difícil de soportar. Le atraía un abeto de ancho ramaje, separado de los demás. Allí se sentó y dirigió una mirada turbia a la terrible noche nevada. Pasó media hora. Entonces cayó sobre la nieve una luz de un rojo tenue, suave, extraña. El lobo se incorporó con un gemido y volvió la hermosa cabeza hacia la luz. Era la luna que, gigantesca y roja como la sangre, salía por el sureste y se alzaba lentamente en el cielo turbio. Hacía muchas semanas que no había sido tan grande y roja. Los ojos del animal agonizante se clavaban tristemente en el opaco disco lunar, y nuevamente un débil aullido resonó con un estertor, sordo y doloroso, en la noche.

Se aproximaron pasos y luces. Campesinos embutidos en gruesos capotes, cazadores y jóvenes con gorros de piel y pesadas polainas, venían pisando la nieve.

Sonaron gritos de júbilo. Habían descubierto el lobo moribundo; dispararon contra él dos tiros, que no dieron en el blanco. Luego vieron que se estaba muriendo, y cayeron sobre él con palos y estacas. Pero él ya no sentía nada.

Con los miembros destrozados, lo bajaron arrastrándole hasta Saint Imier. Reían, se ufanaban, se prometían unos buenos vasos de aguardiente y café, cantaban, renegaban. Ninguno de ellos veía la belleza del bosque nevado, ni el brillo de las cumbres, ni la luna roja que flotaba sobre el Chasseral y cuya luz tenue se reflejaba en los cañones de sus fusiles, en los cristales de la nieve y en los ojos vidriosos del lobo abatido.


– Hermann Hesse, 1932

The post El lobo, cuento breve de H. Hesse appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/10/16/el-lobo-cuento-breve-de-h-hesse/feed/ 8
Fragmentos: Demian https://elbudacurioso.com/2014/05/21/fragmentos-demian/ https://elbudacurioso.com/2014/05/21/fragmentos-demian/#comments Wed, 21 May 2014 07:54:33 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=606 Demian: Historia de la juventud de Emil Sinclair es una de las novelas más conocidas de Hermann Hesse, en la que retrata en primera persona el paso de la niñez a la madurez del protagonista y de sus correspondientes cuestiones existenciales,... Seguir leyendo →

The post Fragmentos: Demian appeared first on El Buda Curioso.

]]>
Demian: Historia de la juventud de Emil Sinclair es una de las novelas más conocidas de Hermann Hesse, en la que retrata en primera persona el paso de la niñez a la madurez del protagonista y de sus correspondientes cuestiones existenciales, un tanto diferentes a las normales.

A continuación transcribo una serie de fragmentos que, tanto por su mensaje como su forma, me parecen extraordinarios y con los que en gran parte coincido. Las ordeno según el orden de aparición en la obra:

<<Quería tan sólo intentar vivir lo que tendía a brotar espontáneamente de mí. ¿Por qué había de serme tan difícil?>>

<<Venerábamos a un Dios que representaba sólo a una mitad del mundo arbitrariamente separada -el mundo oficial, permitido, «claro»-, pero se debería llegar a poder venerar la totalidad del mundo; por lo tanto, había que tener un dios que fuera a la vez demonio o había que instaurar junto al culto de dios un culto al diablo. Ahora resultaba que Abraxas era el dios que reunía en sí a Dios y al diablo>>.

<<Acostumbramos a trazar límites demasiado estrechos a nuestra personalidad. Consideramos que solamente pertenece a nuestra persona lo que reconocemos como individual y diferenciador. Pero cada uno de nosotros está constituido por la totalidad del mundo; y así como llevamos en nuestro cuerpo la trayectoria de la evolución hasta el pez y aun más allá, así llevamos en el alma todo lo que desde un principio ha vivido en las almas humanas. Todos los dioses y demonios que han existido, ya sea entre los griegos, chinos o cafres, existen en nosotros como posibilidades, deseos y soluciones. Si el género humano se extinguiera con la sola excepción de un niño medianamente inteligente, sin ninguna educación, este niño volvería a descubrir el curso de todas las cosas y sabría producir de nuevo dioses, demonios, y paraísos, prohibiciones, mandamientos y Viejos y Nuevos Testamentos>>.

<<Las cosas que vemos son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos vive tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Sinclair, el camino de la mayoría es fácil, el nuestro difícil>>.

<<La solidaridad es algo hermoso. Pero lo que vemos florecer por ahí no es solidaridad. Volverá a renacer del conocimiento del individuo por los individuos y durante algún tiempo transformará el mundo. La que hoy existe no es más que espíritu gregario. Los hombres se unen porque tienen miedo los unos de los otros; los señores se asocian, los trabajadores se asocian, los sabios se asocian. ¿Y por qué tienen miedo? Sólo se tiene miedo cuando se está en disensión consigo mismo. Tienen miedo porque nunca se han reconocido a sí mismos. ¡Una sociedad de hombres que tienen miedo de lo desconocido que anida en ellos! Todos se percatan de que sus leyes de vida no funcionan ya, de que viven según los viejos códigos y que ni su religión ni su moral corresponden a lo que necesitamos. Durante cien años y más, Europa no ha hecho más que estudiar y construir fábricas. Todos saben con exactitud cuántos gramos de pólvora se necesitan para matar a un hombre; pero no saben cómo se reza a Dios, no saben siquiera cómo se pasa un rato divertido. ¡Mira las tabernas de los estudiantes! O un lugar de diversión donde se reúne gente rica. ¡Desesperante! Querido Sinclair, de esto no puede salir nada alegre. Los hombres que se apiñan acobardados están llenos de miedo y de maldad; ninguno se fía del otro. Son fieles a unos ideales que han dejado de serlo y apedrean a todo el que crea otros nuevos. Presiento graves conflictos. Vendrán, créeme, vendrán pronto. Naturalmente, no «mejorarán» el mundo. Que los obreros maten a los empresarios, o que Rusia y Alemania disparen una sobre otra, nada altera la situación; sólo cambian los dueños. Pero no será completamente en vano. Hará patente la miseria de los ideales actuales; se saldarán las cuentas con los dioses de la Edad de Piedra. Este mundo, tal como es ahora, quiere morir, quiere sucumbir y lo conseguirá>>.

@ElBudaCurioso
 

The post Fragmentos: Demian appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/05/21/fragmentos-demian/feed/ 1
Etapas, de Hermann Hesse https://elbudacurioso.com/2014/05/04/etapas-de-hermann-hesse/ https://elbudacurioso.com/2014/05/04/etapas-de-hermann-hesse/#comments Sun, 04 May 2014 10:11:13 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=554 Así como toda flor se enmustia y toda juventud cede a la edad, así también florecen sucesivos los peldaños de la vida; a su tiempo flora toda sabiduría, toda virtud, mas no les es dado durar eternamente. Es menester que el corazón, a cada... Seguir leyendo →

The post Etapas, de Hermann Hesse appeared first on El Buda Curioso.

]]>

Así como toda flor se enmustia y toda juventud cede a la edad, 
así también florecen sucesivos los peldaños de la vida; 
a su tiempo flora toda sabiduría, toda virtud, 
mas no les es dado durar eternamente. 
Es menester que el corazón, a cada llamamiento, 
esté pronto al adiós y a comenzar de nuevo, 
esté dispuesto a darse, animoso y sin duelos, 
a nuevas y distintas ataduras. 
En el fondo de cada comienzo hay un hechizo 
que nos protege y nos ayuda, a vivir. 

Debemos ir serenos y alegres por la Tierra, 
atravesar espacio tras espacio 
sin aferrarnos a ninguno, cual si fuera una patria; 
el espíritu universal no quiere encadenarnos: 
quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos 
escalón tras escalón. Apenas hemos ganado intimidad 
en un morada y en un ambiente, ya todo empieza a languidecer: 
sólo quien está pronto a partir y peregrinar 
podrá eludir la parálisis que causa la costumbre. 

Aun la hora de la muerte acaso nos coloque 
frente a nuevos espacios que debamos andar: 
las llamadas de la vida no acabarán jamás para nosotros… 
¡Ea, pues, corazón arriba! ¡Despídete, estás curado!

El título original es «Stufen», que en alemán significa tanto «etapas» como «escalones». Escrito en 1941 tras una larga enfermedad, es uno de los poemas más conocidos de Hermann Hesse, y del cual incluyó una parte en su libro El juego de los abalorios. 
La gran influencia del budismo en la vida y obra de Hesse se manifiesta de manera clara en este poema, en el que nos habla de cómo la vida se compone de etapas que debemos cruzar, siempre dispuestos a superarlas para cruzar otras nuevas. Debemos permanecer libres de apego hacia lo que en cada etapa encontramos, siempre dispuestos a seguir avanzando, sin ataduras.
Esa disposición permanente a cruzar y no apegarnos ni a lo cruzado ni a lo utilizado para cruzarlo, me recuerda un poco al símil de la balsa que Buda explicó. En dicho símil, un hombre debe cruzar una gran extensión de agua, para lo que construye una balsa de la cual se deshace una vez que llega a la otra orilla, pues el propósito de dicha balsa es el de cruzar las aguas y no el de ser poseída.
El poema original, en alemán, es así:

Wie jede Blüte welkt und jede Jugend
Dem Alter weicht, blüht jede Lebensstufe,
Blüht jede Weisheit auch und jede Tugend
Zu ihrer Zeit und darf nicht ewig dauern.
Es muß das Herz bei jedem Lebensrufe
Bereit zum Abschied sein und Neubeginne,
Um sich in Tapferkeit und ohne Trauern
In andre, neue Bindungen zu geben.
Und jedem Anfang wohnt ein Zauber inne,
Der uns beschützt und der uns hilft, zu leben.
Wir sollen heiter Raum um Raum durchschreiten,
An keinem wie an einer Heimat hängen,
Der Weltgeist will nicht fesseln uns und engen,
Er will uns Stuf’ um Stufe heben, weiten.
Kaum sind wir heimisch einem Lebenskreise
Und traulich eingewohnt, so droht Erschlaffen,
Nur wer bereit zu Aufbruch ist und Reise,
Mag lähmender Gewöhnung sich entraffen.
Es wird vielleicht auch noch die Todesstunde
Uns neuen Räumen jung entgegen senden,
Des Lebens Ruf an uns wird niemals enden…
Wohlan denn, Herz, nimm Abschied und gesunde!

@ElBudaCurioso

The post Etapas, de Hermann Hesse appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/05/04/etapas-de-hermann-hesse/feed/ 2
Fragmentos: El lobo estepario https://elbudacurioso.com/2014/03/08/fragmentos-el-lobo-estepario/ https://elbudacurioso.com/2014/03/08/fragmentos-el-lobo-estepario/#comments Sat, 08 Mar 2014 08:10:18 +0000 https://elbudacurioso.com/?p=169 El lobo estepario es una de las obras más conocidas de Hermann Hesse. Escrito en medio de una profunda crisis existencial en la cual el autor llegó a coquetear con la idea del suicidio, tema muy importante en la obra,... Seguir leyendo →

The post Fragmentos: El lobo estepario appeared first on El Buda Curioso.

]]>
El lobo estepario es una de las obras más conocidas de Hermann Hesse. Escrito en medio de una profunda crisis existencial en la cual el autor llegó a coquetear con la idea del suicidio, tema muy importante en la obra, trata la multiplicidad de carácter del ser humano y de su capacidad para ser feliz. 

A continuación transcribo una serie de fragmentos que, tanto por su mensaje como su forma, me parecen extraordinarios y con los que en gran parte coincido. Los organizo según mi interpretación del tema que traten.

– Placeres mundanos:

<<Porque esto es lo que yo más odiaba, detestaba y maldecía principalmente en mi fuero interno: esta autosatisfacción, esta salud y comodidad, este cuidado optimismo del burgués, esta bien alimentada y próspera disciplina de todo lo mediocre, normal y corriente>>.

<<No puedo aguantar mucho tiempo ni en un teatro ni en un cine, apenas puedo leer un periódico, rara vez un libro moderno; no puedo comprender qué clase de placer y de alegría buscan los hombres en los hoteles y en los ferrocarriles totalmente llenos, en los cafés repletos de gente oyendo una música fastidiosa y pesada; en los bares y varietés de las elegantes ciudades lujosas, en las exposiciones universales, en las carreras, en las conferencias para los necesitados de ilustración, en los grandes lugares de deportes; no puedo entender ni compartir todos estos placeres, que a mí me serían desde luego asequibles y por los que tantos millares de personas se afanan y se agitan>>.

<<Y en efecto, si el mundo tiene razón, si esta música de los cafés, estas diversiones en masa, estos hombres americanos contentos con tan poco tienen razón, entonces soy yo el que no la tiene, entonces es verdad que estoy loco, entonces soy efectivamente el lobo estepario que tantas veces me he llamado, la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento>>.

– El «yo»:

<<Intensivamente no se puede vivir más que a costa del yo>>.

<<La idea equivocada y funesta de que el hombre sea una unidad permanente, le es a usted conocida. También sabe que el hombre consta de una multitud de almas, de muchísimos yos. Descomponer en estas numerosas figuras la aparente unidad de la persona se tiene por locura, la ciencia ha inventado para ello el nombre de esquizofrenia. La ciencia tiene en esto razón en cuanto es natural que ninguna multiplicidad puede dominarse sin dirección, sin un cierto orden y agrupamiento. En cambio, no tiene razón en creer que sólo es posible un orden único, férreo y para toda la vida, de los muchos sub-yos>>.

– La sabiduría:

<<Un hombre capaz de comprender a Buda, un hombre que tiene noción de los cielos y abismos de la naturaleza humana, no debería vivir en un mundo en el que dominan el common sense, la democracia y la educación burguesa>>.

– Felicidad:

<<-Bien, entonces, ¿qué más quieres?
-Quiero más. No estoy contento con ser feliz, no he sido creado para ello, no es mi sino. Mi determinación es lo contrario>>.

<<El que hoy quiera vivir y alegrarse de su vida, no ha de ser un hombre como tú ni como yo. El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo, en vez de jugueteo pura pasión, para ése no es hogar este bonito mundo que padecemos…>>

<<Muchas veces ha estado usted muy cansado de la vida; usted se afanaba por salir de aquí, ¿no es verdad? Anhelaba abandonar este tiempo, este mundo, esta realidad, y entrar en otra realidad más adecuada a usted, en un mundo sin tiempo. Hágalo usted, querido amigo, yo le invito a ello. Usted sabe muy bien dónde se oculta ese otro mundo, y que lo que usted busca es el mundo de su propia alma. Únicamente dentro de su mismo interior vive aquella otra realidad por la que usted suspira. Yo no puedo darle nada que no exista ya dentro de usted. Yo no puedo presentarle ninguna otra galería de cuadros que la de su alma. No puedo dar a usted nada: sólo la ocasión, el impulso, la clave. Yo he de ayudar a hacer visible su propio mundo; esto es todo>>.

– Renuncia y desapego:

<<Vivir en el mundo, como si no fuera el mundo, respetar la ley y al propio tiempo estar por encima de ella, poseer, «como si no se poseyera», renunciar, como si no se tratara de una renunciación -tan sólo el humorismo está en condiciones de realizar todas estas exigencias, favoritas y formuladas con frecuencia, de una sabiduría superior de la vida>>.  

– Vida:

<<En todos estos sacudimientos de mi vida salía al final ganando alguna cosa, eso no podía negarse, algo de espiritualidad, de profundidad, de liberación; pero también algo de soledad, de ser incomprendido, de desaliento. Mirada desde el punto de vista burgués, mi vida había sido, de una a otra de estas sacudidas, un constante descenso, una distancia cada vez mayor de ]o normal, de lo permitido, de lo saludable. En el curso de los años había perdido profesión, familia y patria; estaba al margen de todos los grupos sociales, solo, amado de nadie, mirado por muchos con desconfianza, en conflicto amargo y constante con la opinión pública y con la moral; y aunque seguía viviendo todavía dentro del marco burgués era yo, sin embargo, con todo mi sentir y mi pensar, un extraño en medio de este mundo>>.

<<Es verdad; la vida es siempre terrible. Nosotros no tenemos la culpa y somos responsables, sin embargo. Se nace y ya es uno culpable>>

The post Fragmentos: El lobo estepario appeared first on El Buda Curioso.

]]>
https://elbudacurioso.com/2014/03/08/fragmentos-el-lobo-estepario/feed/ 7