Más de una vez me ha pasado que, hablando con alguien sobre Buda, salta a escena por alguna razón o por otra la famosa figura del buda gordo sonriente.

happy-fat-buddha

Pero no, ése no era Buda. Sidarta Gautama, en cuyas enseñanzas se fundamenta el budismo y al que hoy conocemos por antonomasia como Buda, no estaba gordo, más bien todo lo contrario. ¿Pero entonces, a quién representa esa figura tan conocida del Buda de gorda panza?

Ese era Hotei o Bu-dai, un maestro zen que vivió en China hace unos mil años y al que también se le conoce hoy en día como el Buda gordo o el Buda sonriente. Fue considerado por algunos como una encarnación de Maitreya, el sucesor del Buda que el propio Sidarta anunció. En Wikipedia podemos encontrar más información sobre Hotei y Maitreya.

¿Pero entonces, es Buda o no esa figura del buda gordo? Es probablemente UN buda, pero no EL Buda. La budeidad, la capacidad de iluminación, es una condición natural de cada ser. En cada uno de nosotros se esconde un buda que debe ser desarrollado y probablemente Hotei lo consiguió y alcanzó la budeidad. Pero sigue sin ser aquel personaje que hace unos dos milenios y medio comenzó a impartir el Darma, la doctrina budista, y al que como he dicho al principio, se conoce por antonomasia con el nombre de Buda.

Buda, es decir, Sidarta Gautama, probablemente tenia una figura más bien famélica. Cada mañana cogía su cuenco e iba a pedir comida con él. Una vez lleno comía de lo donado, haciendo esto sólo una vez al día. Este era el modo de vida tanto de Buda como de sus monjes. Se trataba, por tanto, de un simple sabio mendicante que veía en la comida un mero sustento imprescindible para el cuerpo y en ningún caso una fuente de placer. En Wikipedia podemos encontrar más información sobre Buda.