Miento: ni son unas vacaciones ni este blog va a estar cerrado, simplemente apareceré por aquí un poco menos a menudo ya que estaré de viaje. Lo escribo simplemente para que nadie se extrañe si tardo un poco en contestar a los comentarios, tweets y demás, pues no me podré conectar tan a menudo como estando en casa.
Hoy parto con la mochila en la espalda hasta no sé cuando. No es la primera vez que lo hago. La verdad es que soy algo así como»seminómada» -las 12 ciudades en las que he vivido durante estos últimos ocho años lo corroboran. Y es que engancha: cuando uno se acostumbra a, de manera voluntaria, estar siempre en camino, a cambiar de ciudad, de país y de amigos cada pocos meses, aprende al mismo tiempo a desapegarse de las ciudades, de los países, de los amigos, de la falsa comodidad del hogar y de los domingos viendo el fútbol. Se podría decir que desengancharse engancha, -lo cual al fin y al cabo es otro tipo de apego.
Habiendo dejado el hogar para recorrer sin morada fija,
en el pueblo el sabio no intima con nadie;
libre de los placeres sensuales, sin expectativas,
no se involucra en las disputas de la gente.*
Esta vez voy un poco más allá. Hasta ahora siempre he ido con la intención de buscar un trabajo y empezar de cero en algún sitio que me agrade y de donde quiera aprender o practicar el idioma. Ahora voy con una actitud un poco diferente: ya que ni tengo obligaciones (o al menos no demasiado graves) ni ganas de empezar otra vez de cero con una «vida normal», ahora que cada vez disfruto más de mi soledad y menos del mundo, me voy sin rumbo fijo ni intenciones de ningún tipo más aquellas que las de viajar por amor al movimiento.
Y en efecto, si el mundo tiene razón, si esta música de los cafés, estas diversiones en masa, estos hombres americanos contentos con tan poco tienen razón, entonces soy yo el que no la tiene, entonces es verdad que estoy loco, entonces soy efectivamente el lobo estepario que tantas veces me he llamado, la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento.**
Así que lo dicho, apareceré por aquí un poco menos a menudo de lo que hasta ahora he solido hacerlo, que no se extrañe nadie si tardo alguna vez un poco más de la cuenta en responderle. Entradas sí que se seguirán publicando incluso los días que no me pueda conectar, pues ya tengo varías escritas y programadas para que se vayan publicando automáticamente.
Without just one nest
a bird can call the world home
Life is your career ***